Alejandro Wolf, presidente de Yusen Logistics Argentina, analiza los factores que pueden generar un cambio de tendencia internacional de actividades industriales y lleven a estrategias de Nearsourcing, y dónde podría encontrarse la mayor resistencia. Lo hizo en el webinar “Interrogantes de la logística internacional post COVID-19”, realizado por el Foro Logístico de Buenos Aires el 28 de abril de 2020

Los servicios logísticos siempre se basan en las demandas y las necesidades de los procesos de producción y comercialización. La pregunta que debemos plantearnos es qué van a hacer las empresas frente al escenario de fin de la pandemia y, en función de eso, podemos tratar de elaborar una teoría y un plan, que no serán los únicos porque no sabemos cómo esta situación avanzará.

Si nos remontamos al inicio del proceso de la actividad industrial, nos encontramos con un artesano que elaboró un artefacto e hizo un trueque con un tercero, y a partir de ese punto, se elaboraron los procesos operativos que asistían a esas actividades. Desde entonces, se fueron dando grandes eventos en la historia que dieron apoyo al desarrollo industrial, la creación del comercio, el ferrocarril, la revolución industrial y la línea de montaje, entre otros. La salida de la Segunda Guerra Mundial generó una sensación de paz relativa que permitió que la población en el mundo tenga mayor confianza para consumir más.

Estas demandas intensas que tuvo la industria en los países desarrollados dieron lugar al desarrollo de las primeras herramientas para generar un crecimiento más rápido. El outsourcing -entendido como la tercerización de procesos industriales que no son estratégicos para esa industria- dio lugar a que se pueda dar respuesta rápida a una demanda no esperada.

Dentro de los propios países, la tendencia empezó a crecer. Luego, se percibió y buscó también como una herramienta para bajar los costos. India fue un país que se desarrolló en este sentido, principalmente por su formación de la época en que fue parte del Imperio Británico, que le favoreció una capacidad de dar servicios a terceros que luego aplicó, por ejemplo, a empresas de los Estados Unidos. Pero India no trascendió del outsourcing de servicios de IT y, hasta el día de hoy, su gran desarrollo por tercerización está centrado en el software y no tanto en la industria.

Por el contrario, los países del Lejano Oriente y el Sudeste Asiático aprovecharon la situación principalmente para el desarrollo industrial. Vieron la oportunidad y crearon las condiciones en infraestructura y las facilidades para garantizar un bajo costo de mano de obra y de impuestos. Crearon un ámbito adecuado para que las empresas avancen con desarrollos de procesos industriales parciales, inicialmente.

Estos países viven una situación de extrema pobreza. Lograron absorber mano de obra ociosa, recibir inversiones y, al mismo tiempo, brindar a la población la capacitación necesaria. Este proceso funcionó durante muchos años y, hasta el día de hoy, en forma creciente. Esto fue aprovechado por las grandes empresas norteamericanas y europeas e incluso por Japón.

El país que supo aprovechar con mayor eficacia esta oportunidad fue China, aunque tuvo que flexibilizar su régimen comunista para poder crear las condiciones para que las empresas de régimen capitalista se desarrollaran. Las corporaciones comenzaron a confiar en el ámbito de desarrollo y ya no solo para procesos no estratégicos de la producción, sino que avanzaron al punto de obtener productos terminados. Con el tiempo, China no solo se desarrolló para para asistir empresas, sino que canalizó ese aprendizaje en el desarrollo de la industria propia y lanzó al mundo productos de bajo precio y de calidad cada vez más aceptable.

Este proceso de integración industrial fue un pilar importante para el proceso de globalización que, hasta el momento, permanece sólido. El outsourcing es un componente clave.

Aires de cambio

Sin embargo, el camino de ida parecería que llegó a un punto de encrucijada, porque desde hace un tiempo surge la idea de que es tiempo de dar la vuelta, de volver sobre los pasos avanzados y crear un escenario de Nearsourcing.

Nearsourcing no significa llevar nuevamente las actividades industriales a los países de origen, principalmente, porque las operaciones en estos países siguen siendo tan costosas como antes, y en algunos casos, aún más. Tampoco está vinculado a la presión ejercida por el gobierno de Estados Unidos sobre las industrias para que regresen a instalarse al país, pues esta medida estuvo más vinculada con un problema económico, con la necesidad de cubrir la mano de obra ociosa y temas políticos.

Tiene que ver con instalarse en países cercanos a los centros de consumo y de finalización de producción. Cuando hablamos del Nearsourcing hablamos de una necesidad de las corporaciones de buscar un ámbito que les brinde soluciones a temas específicos.

La mano de obra de Oriente ya no es tan barata, el costo logístico tiene mayor incidencia y los combustibles tiene cierta inestabilidad en los precios, el tiempo financiero muerto en el transporte permanece, la innovación de los productos continúa y la respuesta de mercado se aceleró. Son todos factores que hoy no parecen compatibles con los transit times de 40 días.

Desde hace años, Estados Unidos tiene un proceso que avanzó de forma paralela con México, en donde la industria se desarrolló fundamentalmente para abastecer su demanda. Este es un proceso claro, que se dio también en Europa en los últimos años con instalaciones en países de Europa del Este. De todas formas, estos desarrollos son mínimos en comparación con los procesos de outsourcing en Oriente. Todavía no hay una tendencia de Nearsourcing, sino que son casos aislados.

¿Cual es la situación actual?

China se convirtió en la segunda potencia económica mundial. Es el gran proveedor del mundo de productos industriales, desde pequeños objetos electrónicos hasta grandes grúas, pasando por autos, muebles, juguetes y muchos otros productos.

En la crisis de 2008, se conocieron fotos satelitales de los buques fondeados en los hub ports de Asia -Singapur y Hong Kong-, simplemente porque la situación económica se había paralizado y el tráfico con China, que era el principal, era el que más sentía este cambio

Hoy, ocurre algo similar. En medio de la pandemia de COVID-19, China limita su actividad y simplemente porque la provincia Hubei comenzó a tener problemas en el tráfico con Oriente lo hemos sentido todos los que estamos en la actividad. Mientras que Occidente mantenía su capacidad de demanda casi intacta, China empezó a reducir su capacidad de exportación. Imaginemos qué hubiera ocurrido si toda China hubiera tenido un impacto más serio. El abastecimiento a todo el mundo se hubiera visto amenazado.

Hoy, quienes evaluaron el Nearsourcing como una opción y evaluaron los puntos mencionados, podrían sumar también otras variables: la fuerte dependencia, la restricción en el suministro, y el impacto en los servicios logísticos. Este último punto es clave, porque principalmente las empresas de transporte y proveedoras de servicios logísticos, ¿cuántos cisnes negros están en condiciones de soportar?

Algunos referentes de gobiernos en el mundo ya plantearon la preocupación por la fuerte dependencia de insumos médicos, principalmente vinculados con las necesidades de esta pandemia, que estaban directamente vinculados por su origen con China. Este es un problema que fue generalizado en todos los países del mundo.

Si tomamos estas cuestiones, además del sufrimiento de las industrias por los factores mencionados, es posible analizar la aplicación del Nearsourcing como una solución para el futuro. Se trata de una apuesta a largo plazo, luego de la salida de la pandemia y a efectos de evitar otro impacto tan importante como este. Es un proceso que podría demandar años.

El lado B del desarrollo

Por otro lado, es fundamental considerar el siguiente punto. China es un país con más de 1.400 millones de habitantes, la mitad de los cuales fueron favorecidos por el outsourcing. Cada año, se trasladan 11 millones de habitantes desde las zonas rurales hacia las ciudades, consolidando una nueva clase media. Si el Nearsourcing se fortaleciera como una opción, ¿China estaría dispuesta a permitir que este proceso retroceda? Sería un gran problema no solo para su evolución económica, sino para su desarrollo social. Y muchos otros países del sudeste asiático viven una situación similar.

¿Qué impacto generaría y qué papel podría jugar Sudamérica y Argentina en particular? Nuestra localización respecto de las grandes economías de Europa y Estado Unidos es muy parecida al de China, desde el punto de vista geográfico, pero tiene diferentes características. Tenemos que analizar cuáles son los valores y las ventajas que deberíamos exponer para participar en este proceso de cambio. Además, tenemos que analizar qué impacto podría generar esto en China como demandante de materia prima del mundo y también de Argentina, aunque afortunadamente, en tanto nuestra participación está asociada a los alimentos, sería una de las últimas que podría verse afectada.

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Complementan este artículo:

El Foro Logístico de Buenos Aires es un espacio abierto a los sectores productivos, comerciales, y de servicios, conformado por un grupo de profesionales de reconocida trayectoria profesional, que a título personal se han propuesto dar apoyo al desarrollo eficiente y sustentable de las actividades logísticas, a partir de la libre expresión de sus ideas, opiniones, y experiencias, dispuestos también a ser referentes de la industria logística en la elaboración de políticas públicas en relación a esa industria.