El valor de las exportaciones regionales de bienes crecerá 9,7% en 2018, con lo que se acumularán dos años de recuperación tras el marcado descenso registrado entre 2012 y 2016, de acuerdo con las últimas proyecciones de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).

Este incremento se descompone en un alza de 7,6% en los precios y de 2,1% en el volumen, señala la CEPAL en su informe anual Perspectivas del Comercio Internacional de América Latina y el Caribe 2018, presentado en conferencia de prensa por la Secretaria Ejecutiva del organismo regional de las Naciones Unidas, Alicia Bárcena.

Pese al alza observada, el volumen de las exportaciones de la región crecería menos de la mitad que el de los envíos del conjunto de las economías en desarrollo que, según las proyecciones de la Organización Mundial de Comercio (OMC), se expandiría un 4,6%, advierte la CEPAL en la publicación que analiza el impacto que el divergente crecimiento global y las tensiones comerciales causan en el comercio de la región.

Las importaciones regionales de bienes también se recuperarán en 2018 por segundo año consecutivo: su valor aumentaría 9,5%, pero, a diferencia de lo que ocurre con las exportaciones, crecerían más en volumen (4,9%) que en precio (4,6%).

La evolución del comercio exterior de la región en 2018, además de ser un reflejo del nivel de la actividad económica de cada país, estará determinada por la estructura de las canastas de exportación e importación, así como por la demanda externa de los principales socios comerciales. En América del Sur, por ejemplo, el crecimiento esperado de las exportaciones (10,2% en valor) responde íntegramente al aumento de los precios de los productos básicos, especialmente del petróleo y los minerales y metales. Algo similar ocurre en el Caribe, cuya alza (12,1%) está fuertemente influida por los mayores precios del petróleo y el gas exportados por Trinidad y Tabago.

En el caso de México, el aumento del volumen y el incremento de los precios contribuirán en proporciones similares a la expansión de las exportaciones (9,5% en total en valor). Por último, en Centroamérica, el crecimiento proyectado de los envíos (3,6%) se explica totalmente por el aumento del volumen exportado, ya que los precios de la canasta exportada caerán levemente (-0,8%), debido a los descensos registrados en productos como el azúcar y el café. Los envíos manufactureros de México y Centroamérica se ven favorecidos por el dinamismo de la demanda en los Estados Unidos.

En lo que respecta a los principales socios comerciales de América Latina y el Caribe, los envíos a China, que se componen casi íntegramente de materias primas y manufacturas basadas en recursos naturales, registrarían la principal alza (28%) en 2018. Esta situación refuerza la especialización exportadora de productos primarios de la región, especialmente de América del Sur. En contraste, las exportaciones a la propia región y a los Estados Unidos, que se caracterizan por un mayor contenido de manufacturas, crecerían a tasas significativamente más bajas (12% y 7,1%, respectivamente).

En cuanto a las importaciones, aquellas procedentes de China -el segundo país de origen de las importaciones de la región, tras los Estados Unidos- son las que presentan también el mayor dinamismo. Estas se componen casi en su totalidad de manufacturas que compiten con la producción regional en varios rubros.

El informe Perspectivas del Comercio Internacional 2018 explica que las actuales tensiones comerciales entre Estados Unidos y China tienen como telón de fondo la disputa por el liderazgo económico y tecnológico mundial, así como el debate sobre la coexistencia de distintos estilos de desarrollo. Según la CEPAL, en el corto plazo estas tensiones podrían tener un impacto positivo en las exportaciones regionales, pero una mayor escalada proteccionista acarrearía serios riesgos para la economía mundial y, por ende, también para la región.

“La integración regional resulta indispensable para avanzar en la diversificación de las exportaciones y en la transición hacia una canasta exportadora más intensiva en conocimiento, considerando el elevado contenido industrial del comercio intrarregional y su importancia para las pymes exportadoras”, resaltó Alicia Bárcena, Secretaria Ejecutiva de la CEPAL. “Es necesario intensificar los esfuerzos dirigidos a construir un mercado regional integrado dado el contexto de ralentización del crecimiento, salida neta de capitales y creciente proteccionismo al que se enfrenta la región, que probablemente se agudice en 2019”, agregó.

En el segundo capítulo del informe, la CEPAL indica que la región en su conjunto es una exportadora neta de minerales y metales, con un 8% de participación en las exportaciones mundiales de este sector. Sin embargo, sus envíos se caracterizan por un bajo grado de elaboración. La participación de las materias primas en las exportaciones de minerales y metales de la región (actualmente 37%) casi se duplicó en los últimos 20 años debido, en gran medida, a la demanda de China y el resto de Asia. Esta situación es preocupante, dice la Comisión, debido a los conocidos problemas asociados a la dependencia de la exportación de productos básicos mineros, como la vulnerabilidad de las exportaciones, el crecimiento económico y los ingresos fiscales ante las fluctuaciones de precios; la escasa agregación de valor y diversificación hacia nuevos productos y servicios; y los diversos tipos de daños ambientales.

Finalmente, en el tercer capítulo se analiza el potencial del comercio electrónico transfronterizo para dinamizar y diversificar las exportaciones regionales. La región ha aumentado rápidamente su consumo de productos importados mediante plataformas electrónicas extranjeras, pero no aumenta en igual medida la exportación de productos por este medio. La participación de América Latina y el Caribe en el comercio electrónico transfronterizo mundial aumentaría de 2,6% en 2014 a un 5,3% en 2020, según el informe.

Para promover el comercio electrónico en la región, la CEPAL plantea impulsar el mercado digital regional; promover la digitalización y simplificación del financiamiento para el comercio; modernizar las aduanas y los servicios postales; y reducir los costos de los pagos transfronterizos en línea.

Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe.