Poner en marcha un camión en las rutas del país costó en marzo un 0.05% más que el mes anterior, en el marco de las medidas nacionales para contener el Coronavirus. Así lo señaló el Índice de Costos de la Federación Argentina de Entidades Empresarias del Autotransporte de Cargas (FADEEAC). Como eslabón esencial para el abastecimiento de todos los argentinos, el sector continuó su trabajo durante el aislamiento social, preventivo y obligatorio, pero igual las empresas registraron consecuencias comerciales.

Es que la parálisis en diversos segmentos de la economía afectó, en menor o mayor medida, a numerosas ramas de la actividad, incluso cuando el autotransporte de cargas mantuvo la libre circulación en el territorio nacional debido su rol central para el abastecimiento del país, sobre todo en un momento crítico.

Con el valor de marzo, el incremento acumulado en el primer trimestre asciende a 5.85%. En los últimos doce meses la variación acumulada se ubica en el 39.1%.

La suba de los costos en el tercer mes del año se relaciona con ligeros aumentos en los rubros ligados a los equipos, como Material Rodante (1.28%), Reparaciones (1.25%) y Neumáticos (0.69%), en tanto que los Gastos Generales aumentaron 0.84%. Como contrapartida, se registra un descenso marginal en Combustible (-0.01%) y una baja del Costo Financiero (-5%).

El estudio, realizado por el Departamento de Estudios Económicos y Costos de FADEEAC, mide 11 rubros que impactan directamente en los costos de las empresas de transporte de cargas de todo el país, y es referencia en buena medida para la fijación o ajuste de las tarifas del sector.

A la ruta, por el país

“No sé si todo el mundo entiende la importancia de que lleguen los camiones con mercadería a las provincias. Estamos trabajando como un gran equipo con los transportistas de todo el país, el Gobierno, el gremio y todos los actores para salir adelante”, enfatizó Hugo Bauza, presidente de FADEEAC.

La presente emergencia sanitaria, con su impacto sobre la economía en general y el sector en particular, abre interrogantes e incertidumbre en el sentido de la afectación económica en las estructuras de las empresas, tanto por los sobrecostos asociados a la mayor precaución y cuidado sanitario, como por los obligados cambios en la logística que implican una menor actividad.

Aun en un marco donde se prevé menor inflación tras los muy altos niveles de 2018 y 2019, la carga de los costos y la presión impositiva -del orden del 40% de la tarifa final- es pesada para el sector. Así y todo, el autotransporte de cargas sale a la ruta para garantizar el abastecimiento de todas las familias argentinas.

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