Volvo Trucks y Buses Argentina anunció un nuevo ciclo del curso, de la mano de Fundación Pescar, que tiene como objetivo desarrollar oportunidades a través de la capacitación profesional para los jóvenes del último año de secundario.

En la zona de Grand Bourg es cada vez más frecuente escuchar comentarios como: “el ‘chico de Volvo’ consiguió trabajo”, “fijate cómo le está yendo al ‘chico de Volvo'”, que circulan gracias a un boca a boca. Es ilustrativo del impacto que está teniendo en el lugar el programa de capacitación laboral y personal que, desde 2016.

“Uno de los objetivos que persigue este programa es fomentar a que los chicos terminen la escuela secundaria, ya que es un requisito imprescindible para poder participar del mismo” explica Guadalupe Navedo, Head of People & Culture de Volvo Trucks.

La capacitación, que tiene en proceso ahora su séptima edición, logró un 100% de cumplimiento del ciclo escolar y, de los 90 egresados hasta el momento, un 93% logró insertarse formalmente en el mercado de trabajo.

Estas métricas se tornan todavía más relevantes en un país donde uno de cada cuatro jóvenes de entre 18 y 24 años no estudia ni trabaja de manera remunerada y más de la mitad se encuentran excluidos del sistema educativo. Se trata de cifras exhibidas por un estudio del Observatorio de la Deuda Social Argentina, perteneciente a la Universidad Católica Argentina (UCA) para el periodo 2017-2021.

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“El impacto que el programa tiene en la zona es tal que sabemos que muchos chicos se cambian de colegio para estar en uno de los cuatro secundarios con los que trabajamos, dos en Grand Bourg y dos en Ricardo Rojas, todos públicos, lo cual es toda una decisión para muchas familias y alumnos ya que igualmente tendrán que pasar por un proceso de selección”, observa María José Cesti, coordinadora de Proyecto en Fundación Pescar y orientadora del Centro Pescar Volvo.

El programa tiene una duración de 8 meses, equivalentes a 540 horas, y los alumnos se gradúan con un título certificado por la Universidad del Salvador. En Volvo, los jóvenes pasan por distintos sectores como Mantenimiento, Diagnóstico Electrónico, Repuestos, entre otras áreas.

Una vez finalizado el curso, durante los dos años siguientes, la Fundación continúa con el seguimiento y acompañamiento de los jóvenes, con informes periódicos a Volvo sobre el proceso de inserción laboral de los egresados.

Experiencia en Volvo Argentina

La concurrencia de los alumnos a cursar y realizar sus prácticas presenciales en la sede de Volvo es uno de los principales diferenciales del curso, ya que así pueden tener la vivencia real de cómo es trabajar en una empresa, contar con recursos como oficinas, salas, computadoras, comedor; como relacionarse con compañeros y jefes, de qué manera comportarse, los horarios, los compromisos, entre otras cosas.

Este aspecto se ha visto reforzado desde el año pasado con el lanzamiento de un programa de “Mentoring”, en el que profesionales de los concesionarios de Volvo, en particular en el interior, acompañan a los chicos durante parte de su recorrido para asistirlos desde su experiencia y orientarlos desde lo académico y lo laboral.

“Hay un mentor por cada alumno, lo que permite un seguimiento personalizado. Tienen encuentros semanales por zoom y hasta se dan situaciones en el que joven acompaña a su mentor a reuniones reales de trabajo”, describe Cesti.

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Los chicos no solo logran competencias para lograr su propia inserción laboral sino que colaboran con sus conocimientos con miembros de su familia y con sus vecinos. Les enseñan a sus papás y amigos a confeccionar un curriculum vitae, a manejarse con las redes sociales para conseguir trabajo. Dentro de cada colegio, cada alumno asume, a su vez, el compromiso de colaborar con sus compañeros que no entraron con los conocimientos que adquirieron.

El objetivo de lograr un impacto de transformación social está presente desde los mismos criterios de selección de los alumnos. Volvo y Pescar privilegian a aquellos alumnos que pertenecen a familias de escasos recursos económico.

Buscan, además, chicos capaces de sostener un compromiso con el curso, ya deben cursar tres horas todos los días durante 8 meses mientras, además, se debe cumplir con las exigencias de asistencia y estudio del propio colegio.

Por esto mismo otro criterio de selección tiene que ver con la actitud. “Nosotros buscamos chicos que quieran salir adelante. Los jóvenes que participan del programa necesitan trabajar para estudiar, no son chicos que puedan estudiar sin trabajar, ya que para ir al colegio deben costearse el transporte, pagar apuntes, además de que necesitan ayudar en sus casas”, suma Cesti.