Carlos Musante, director técnico de la Cámara Empresaria de Operadores Logísticos (CEDOL), abordó el escenario de los costos logísticos, con una economía golpeada por los efectos de la pandemia y con necesidad de reactivación. Lo hizo en el webinar realizado por la Asociación Argentina de Logística Empresaria (ARLOG) el jueves 24 de junio de 2021. Transcripción de su presentación.

La Cámara Empresaria de Operadores Logísticos (CEDOL) sostiene cuatro indicadores de costos logísticos, que son: de distribución urbana con o sin acompañante, y de costos con o sin transporte. En los últimos 12 meses, los mismos presentaron la siguiente evolución (los valores corresponden a mayo 2021):

  • CEDOL Con Costos de Transporte: 53,47%
  • CEDOL Sin Costos de Transporte: 38,80%
  • Distribución Urbana Con Acompañante: 38,65%
  • Distribución Urbana Sin Acompañante: 41,91%

Ante estos datos, muchas veces se cree que los operadores somos responsables de los aumentos de costos. Sin embargo, gran parte del fenómeno no depende de nosotros, sino que viene atado a aumentos en los componentes que nos son dados, como el combustible.

Y hay también otro punto que debemos tener siempre presente: cada costo operativo tiene asociado un nivel de servicio planificado. Esto puede implicar almacenar la mercadería con una rotación determinada, hacer el pickeo y las entregas con el 98% de eficacia, o efectuar la distribución en 24 hs en hasta 500 km a la redonda, por ejemplo. En la medida en que aumentemos el nivel de servicio, el costo también se incrementará. Y, por el contrario, si lo disminuimos, también el costo bajará.

De todas formas, hay una realidad: las empresas no acostumbran bajar el nivel de servicio, por razones de competencia.

Hoy estamos en problemas

En Argentina, podemos identificar los cinco siguientes puntos que nos llevan a complicaciones a nivel logístico:

  1. En el país estamos acostumbrados a la inflación. Este es un fenómeno monetario y de falta de respuesta por parte de la oferta de bienes. Si emitimos moneda para gasto público, se crea una demanda de consumo que debe ser satisfecha; pero si esta no es cubierta, los precios suben. El problema de la inflación es que el precio de los productos y servicios no suben del mismo modo. La inflación es un alto distorsionador de costos y este es justamente uno de los grandes conflictos que suelen tener los operadores de logística con sus clientes.
  2. Tenemos que enfrentar costos ocultos, que no están contemplados en las polinómicas que analizamos en los índices de costos, como accidentes que obligan a desviar a los camiones. Estos costos no son medibles porque son diferentes, según el tipo de operación y de región.
  3. Debemos contemplar el impacto fiscal en las operaciones. El golpe es muy grande, especialmente cuando la cadena de abastecimiento es muy extensa. Desde que se genera la materia prima hasta que el producto final llega al consumidor, en cada etapa, se agregan costos e impuestos.
  4. Otro punto a destacar: el faltante de productos. Si bien esto no afecta directamente a los costos, sí lo hace indirectamente.
  5. América Latina, y particularmente países como Perú y Colombia, está muy golpeada por la pandemia. Aunque también hay países que atravesaron situaciones muy difíciles, como Ecuador, y que ahora están empezando a recuperarse.

Debemos tratar de generar una relación win – win con los clientes. Si una empresa crece en actividad productiva, y necesita brindar el mejor nivel de servicio para estar en el momento justo y oportuno, quien brinda este servicio también debe ganar. De lo contrario, si cumple con la tarea la pérdida, la relación no durará y se romperá. Siempre es importante cuidar las relaciones, para que ninguno de los dos jugadores pierda. Los costos no son controlados por ninguno de los actores, pero tenemos la obligación de conocerlos para gerenciarlos y lograr que se mantengan dentro de los canales normales con los que la operación fue diseñada.

Proyecciones: más allá de los costos

Más allá de la actualidad, debemos también plantear los temas que tenemos delante, porque cuando superemos esta situación, nos enfrentaremos con otro mercado. Tenemos que hablar de productividad, de mejora continua y de innovación, y no solo de costos. Hoy tenemos el momento y la oportunidad para empezar a hablar de estos temas.

Para ganar productividad, necesitamos acciones tanto de los Estados como de las empresas. Tenemos que aprender a pensar en dónde podemos mejorar y cuánto podemos hacerlo, pero eso solo es viable si medimos y conocemos las operaciones en la forma más exacta posible.

Muchas veces, se habla de “operadores logísticos monopólicos”. Y este es un punto que preocupa, porque justamente no conozco nada menos monopólico que la actividad logística. Solo en CEDOL hay 40 operadores -y por fuera, otros 20-30. Estos se suman a las 2 mil empresas de transporte nucleadas en la Federación Argentina de Entidades Empresarias de Autotransporte de Cargas (FADEEAC), y a quienes se especializan en otros rubros, pero también ofrecen el servicio de transporte, como los forwarders. Hay muchos oferentes y ninguno tiene el control del mercado. Esta es una actividad de competencia perfecta

Nuestra sugerencia para enfrentar los costos:

  • Conocer los costos y medirlos.
  • Conocer los flujos y los niveles de servicio asociados a dichos flujos
  • Conocer la estructura e infraestructura para las operaciones. La estructura genera costos.

¿Es esto suficiente? No. Si queremos aumentar nuestra competitividad, dependemos de otros factores, que no se corresponden solo con nuestras tareas. Debemos buscar la productividad en la operación.

Elementos que permiten ganar productividad y competitividad:

  • La eficiencia y la eficacia de los gobiernos y de los privados: debemos trabajar en equipo
  • La infraestructura y la estructura logística
  • La comunicación
  • El estado de innovación
  • La existencia de modos de transporte en competencia y su transformación en complementarios
  • La eliminación de costos ocultos o generadores de improductividades
  • La flexibilidad en leyes laborales y la actividad sindical, profesional y empresarial
  • Las inversiones en tecnología
  • La política monetaria y fiscal
  • La existencia de un presupuesto de largo plazo que dé transparencia a las inversiones.

Oportunidades

Tenemos dificultades, pero detrás de ellas también hay oportunidades sobre las que tendremos que trabajar con o sin pandemia. Tenemos que aprovechar que actualmente tenemos un tipo de cambio competitivo, para incorporar tecnología. Es momento de hacerlo. Y es también el momento de la capacitación virtual.

El mayor uso de herramientas nos empujará a lograr un incremento de la productividad. Entre la lista se destacan las metodologías Six Sigma, Lean Thinking, reingeniería, benchmarking y vehículos de mayor porte (escalables-bitrenes).

En toda circunstancia, la logística tiene que agregar valor. De lo contrario, no resulta útil. Vivimos en un mundo globalizado, en el que la logística juega un papel primordial. Una empresa puede ofrecer el mejor producto, al mejor precio y con la mejor publicidad, pero si no logra que esté disponible cuando el consumidor lo requiere, sus esfuerzos no sirven de nada.

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El video de la disertación está disponible aquí.