Marcelo Lancelotti, gerente general en Link Soluciones Logísticas, pasa revista a las complicaciones que hoy atraviesa el sector, y remarca que esta situación no es sostenible en el tiempo para ningún operador logístico. De todas formas y a pesar de las negativas, destaca el crecimiento sostenido de la compañía desde que nació, siete años atrás.
¿Cuál es el estatus de Link Soluciones Logísticas en 2022?
Estamos en un muy buen momento. La segunda mitad del 2021 y el arranque de este año marcaron un crecimiento sostenido para la compañía. Link Soluciones Logísticas lleva siete años en el mercado y, desde el inicio, crecimos a pasos agigantados. La pandemia frenó un poco el avance -aunque sin detenerlo-, hasta que a mediados del año pasado empezamos a recuperar los valores previos al COVID-19.
El motivo de esta recuperación fue que, cuando se reactivó el mercado, muchas empresas nos eligieron por haber hecho siempre bien las cosas, con flexibilidad y rapidez para la toma de decisiones y ejecuciones.
¿Qué tipos de clientes tiene la compañía?
En Santa Fe, tenemos 33.000 m2 de operación en el agro. Allí operamos la planta de semillas de Nidera y Syngenta que, si bien forman parte de la misma empresa, son dos fábricas distintas. Además, tenemos en la provincia un depósito de 12.000 m2.
En Buenos Aires, estamos radicados en el Parque Industrial Pilar. En una nave, prestamos servicios a dos firmas importantes líderes en el mercado: una, dedicada a muebles; y otra, a materiales eléctricos. En otra nave, manejamos materiales de computación, mientras que en una tercera, ofrecemos servicios a compañías dedicadas a la construcción, a autopartes, a alimentos y a rubros variados.
Link Soluciones Logísticas se caracteriza por tener clientes a largo plazo, con un contrato mínimo de 36 meses y apostando a relaciones de 15 años. Al mismo tiempo, trabajamos con algunos clientes sin contrato -que son los más chicos- y apostamos a que se conviertan en clientes de largo plazo, como el 95% restante.
¿Qué objetivos tienen para el futuro?
La empresa tiene presencia también en Paraguay. Junto con un socio, tenemos una nave Triple A de 7.100 posiciones. En los últimos meses, viajamos poco y no pudimos hacerla crecer al máximo. Sin embargo, nuestro objetivo para este año, sobre todo para el segundo semestre en el que ya van a estar afianzadas las cuentas de 2021 y 2022, es retomar esta plaza con fuerza.
Además, apuntamos a seguir creciendo en Buenos Aires; precisamente en el área del Triángulo de Promoción Industrial. También queremos implementar un nuevo centro de distribución en Ciudad de Buenos Aires para la última milla, dado que no pudimos renovar el contrato con el que ya teníamos.
Esperamos continuar con este ritmo tanto para lo que queda del año como 2023
¿Qué hechos podría destacar de estos dos últimos años?
Tanto en 2021 como en lo que va de 2022, invertimos mucho dinero en racks y en tecnología. También invertimos en unidades de transporte. Si bien esto no formaba parte de la estrategia de la empresa, lo hicimos por una cuestión coyuntural del país.
Estas inversiones, a diferencia de las anteriores que obtuvimos mediante líneas de crédito bancarias, las hicimos con capital propio, dado que no había créditos razonables en el mercado. Esperamos que se renueven las líneas de crédito para el segundo semestre y para 2023.
¿Cómo afecta al mercado la falta de combustible y de insumos? ¿Cuál es el clima que perciben en los clientes?
En el mercado logístico tenemos capacidad instalada plena. Por eso, tenemos que seguir desarrollando nuevos centros de distribución. Lo mismo le ocurre a nuestros colegas, salvo algún caso puntual. En líneas generales, el mercado está saturado.
El problema que afecta a la logística y a todo el país es el faltante de repuestos y la restricción a las importaciones. En nuestro caso, los contratos tienen polinómicas de ajuste por inflación que, en función de los costos, pondera los factores. Eso permite actualizarlos cada tres o cuatro meses, según cada compañía.
El problema es que la inflación es muy alta y el ajuste trimestral ya no es suficiente. Antes era aceptable perder un trimestre de ajuste por inflación. Pero si con esta inflación no se ajusta a tiempo, se ganaría sólo un mes, mientras que se iría a pérdida en los dos restantes.
Cada uno arma la polinómica en función de los costos de sus factores. En el caso de Link, donde nos dedicamos a la logística integral: retiramos los productos de la fábrica o del puerto, almacenamos, pickeamos, preparamos el pedido y distribuimos. El transporte y la distribución son tercerizados, y la polinómica de eso corresponde al valor de los neumáticos, de los repuestos, del combustible y de la mano de obra, pero sin tener en cuenta el factor de la oferta y la demanda.
Un ejemplo es el faltante de camiones en los concesionarios, lo que ocasiona que haya menos unidades en la calle. Y como la demanda es constante, el concesionario que tenga stock lo va a cobrar mucho más caro. Eso en la polinómica no se refleja. Nosotros respetamos los contratos y no le reclamamos a los clientes ese cambio, porque mantenemos nuestro compromiso de respetar lo que se firmó a 36 meses.
Esto sucede en la logística y en cualquier otro sector. Otro ejemplo: habíamos reservado unidades para renovar la flota de autos de la empresa en junio del año pasado, y recién prevemos que nos los entregarán en junio y agosto de este año. En caso de querer reservar hoy, el tiempo de espera es hasta 2024.
¿Cómo se planifica con esta dinámica?
Es muy complejo. La escalada de inflación que se está dando en estos meses es increíble. Además, cuando no se actualiza a tiempo, las empresas se descapitalizan, dado que tienen que pagar costos negativos.
¿Hasta cuándo puede aguantar una empresa en esta situación?
Esta situación no es sostenible en el tiempo, porque los operadores logísticos tenemos poco margen. Por eso, cuando no se ajustan las polinómicas, se va a pérdida. Y si se ajusta la polinómica con los factores que la componen, pero sin reflejar la realidad del mercado, peor todavía.
A pesar de este escenario, seguimos creciendo y tomamos la decisión de seguir invirtiendo en dólares. Aunque el periodo de repago no es el que queremos, apostamos a seguir creciendo para afianzar los clientes que trabajan con nosotros desde hace tiempo.
Por otra parte, la industria en general, no solo la logística, sufre la captación y retención de talentos. En nuestro caso, el foco está en operarios y en empleados administrativos. Los salarios son buenos, pero se perdió la cultura del trabajo y hay muchas personas fuera del sistema que no están capacitadas.
Un problema común es la falta de presentismo, el incumplimiento de los horarios y la convivencia entre los propios empleados. Otros trabajan un tiempo hasta juntar un dinero específico, por ejemplo, para saldar una deuda, y luego renuncian.
Gran parte de la población se encuentra en esta situación, y el problema alcanza a varias generaciones. La falta de mano de obra es otro de los puntos que repercute en el avance del país.
En este escenario, estamos trabajando en el diseño de programas que motiven a ciertos operarios. Apuntamos a que puedan terminar el secundario o realizar cursos de Excel que les permitan pasar al área administrativa y así poder progresar dentro de la empresa.
Desde Link queremos ayudar a que esto cambie. Por eso, desarrollamos cursos e invertimos en tecnología handheld para pickeo, con sistemas láser que facilitan el trabajo. El objetivo no es esperar a que alguien resuelva el problema, sino tratar de resolverlo nosotros para poder seguir creciendo.
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