Volvo Trucks y Buses Argentina celebró el décimo aniversario del programa que desarrolla junto a la Fundación Pescar, con impacto en la formación, el desarrollo y la inserción laboral de jóvenes estudiantes de escuelas técnicas. A lo largo de una década, la iniciativa acompañó a alumnos del último año del secundario en su transición hacia el mundo del trabajo, combinando formación personal, técnica y digital, y consolidándose como una de las experiencias educativas más relevantes del sector.
“Hace diez años, en Volvo, nos propusimos abrir nuestras puertas para capacitar a jóvenes del último año del secundario y acompañarlos en su camino hacia el mundo del trabajo. Ese propósito se transformó en un compromiso que se sostuvo año tras año”, expresó Laura Viglione, referente del programa en People & Culture de Volvo Trucks y Buses Argentina.
Desde la creación del primer Centro Volvo Pescar, en 2016, el programa no dejó de crecer. De acuerdo a la compañía, ese espacio se convirtió en un ámbito donde los jóvenes encontraron no solo capacitación técnica, sino también herramientas para el desarrollo personal y un fuerte sentido de pertenencia. “Pescar es educación para el trabajo, pero también es crecer, confiar y descubrir habilidades. En Volvo, ese enfoque se tradujo en un programa que acompaña, forma y transforma vidas”, señaló Viglione.
El programa es financiado íntegramente por Volvo Trucks y Buses Argentina, que además brinda a los alumnos todas las herramientas necesarias para que puedan aprovechar la experiencia al máximo. Esto incluye computadoras, ropa de trabajo, elementos de protección personal (EPP), materiales de estudio, viáticos, comidas y aulas especialmente equipadas para el desarrollo de las actividades. Cada año, cerca de 200 alumnos se inscriben para participar del programa y atraviesan un proceso exhaustivo de selección, en el que se evalúan su nivel académico, el compromiso con la propuesta y la finalización de sus estudios secundarios.
A lo largo de estos diez años, Volvo trabajó junto a más de diez escuelas técnicas para acercar el programa a los estudiantes y sumó de manera sostenida a voluntarios, instructores y mentores de la compañía, que acompañaron el proceso formativo de cada camada. Incluso en 2020, en plena pandemia, el programa mantuvo su continuidad con la creación del primer Centro Volvo Pescar virtual, garantizando el acompañamiento y la formación a distancia.
Un hito clave se incorporó en 2021, con la puesta en marcha del programa de mentoring, mediante el cual colaboradores de Volvo acompañaron a cada estudiante en la construcción de su proyecto profesional. A partir de 2022 y hasta 2024, nuevas escuelas se sumaron a la iniciativa y más jóvenes lograron finalizar el secundario, al tiempo que se alcanzó un récord histórico de participación femenina en 2023.
Los resultados consolidaron el impacto del programa: el 99% de quienes participaron terminó sus estudios secundarios y el 95% logró insertarse laboralmente. Muchos de ellos comenzaron a trabajar en Volvo y otros continuaron su desarrollo en empresas del sector, tanto en la Argentina como en el exterior. Desde 2016, 158 jóvenes formaron parte del programa.
Los testimonios de egresados y egresadas de distintas ediciones de Pescar reflejan un impacto significativo tanto en lo laboral como en lo personal: varios destacaron que el programa les permitió acceder a su primer trabajo formal, desarrollar habilidades para entrevistas, comunicación y confianza, y conocer el funcionamiento interno de una empresa multinacional.
En particular, Diana Vega, egresada 2016, expresó: “Cambió mi manera de pensar, de creer en mí misma”, y subrayó que Pescar “no es algo que solo se aplica en lo laboral, sino también en el día a día”. En la misma línea, otros participantes resaltaron el valor del autoconocimiento, el crecimiento personal y profesional, y la adquisición de herramientas y habilidades blandas clave para su inserción y desarrollo en el mundo del trabajo.
Para la Fundación Pescar, el trabajo conjunto con Volvo resultó clave para sostener el alcance y la calidad del programa. María José Cesti, referente de la fundación, destacó que se trata de “una experiencia que no solo promueve la inserción laboral, sino también la terminalidad educativa y el desarrollo de habilidades que los jóvenes trasladan a su vida cotidiana y a sus comunidades”.
El décimo aniversario también marcó un punto de inflexión. En 2025, el programa se volvió federal: participaron 23 alumnos, 15 de Buenos Aires y 8 del interior del país. Por primera vez, concesionarios del interior se sumaron a la iniciativa, abriendo nuevas oportunidades de formación para jóvenes de distintas provincias.
“Detrás de cada número hay un cambio real: jóvenes que hoy trabajan, estudian y construyen un proyecto de vida posible; familias que ven oportunidades; comunidades que se transforman”, resumió Viglione. “Cuando invertimos en educación, el impacto se multiplica. Estos diez años reflejaron un camino de aprendizaje, compromiso y oportunidades que proyecta al programa hacia una nueva etapa de crecimiento”.