Virginia Staricco es presidenta del La Nave, compuesto por Mirtrans, que da servicios logísticos integrales en Uruguay; la Nave Multimodal, que desarrolla una nave ferry ro-ro para transportar remolques con carga entre Uruguay y Argentina; y la Nave Cargo Postal, dedicada al e-commerce. Con una concepción empresarial moderna, ha incorporado vehículos eléctricos y sustentables a su flota y, apalancada en la mirada social de la empresa, creó la Fundación La Nave para incorporar al trabajo a las personas más necesitadas, y ha sido elegida como “La Mujer del Año 2019-2021 en el rubro empresarial”.
¿Cómo fueron sus comienzos en la logística y a qué se dedica Mirtrans?
Soy empresaria de logística desde hace mucho tiempo. Empecé trabajando en la empresa de mi familia. Y posteriormente, en 2009, nació este proyecto con el objetivo de brindar soluciones logísticas con una mirada distinta, con el foco en la totalidad de los servicios a las multinacionales.
Fue entonces cuando desarrollamos la empresa Mirtrans en Uruguay. En un principio, se dedicó al transporte internacional con Argentina y Brasil. Luego se sumó el servicio de almacenaje, para lo cual se construyó un centro de distribución de 14.000 m2 en Ruta 101, en la ciudad de Canelones (Uruguay). Y hace cuatro años, desarrollamos el correo, que en el marco de la pandemia se extendió de manera muy rápida y con el que actualmente llegamos a todo el país
¿Qué significa “logística con una mirada distinta”?
La logística representa un costo muy elevado para nuestros clientes, por lo que siempre buscamos la manera de abaratar los procesos. Esto no significa ir en contra de nuestros colaboradores, sino aplicar estrategias inteligentes para poder disminuirlos.
Así surgió la idea de tomar como ejemplo el modelo europeo y desarrollar un servicio multimodal, que permitiera que la mercadería se trasladara sin el costo del chofer ni del combustible, que son los dos insumos que más impactan en los valores de los fletes.
A su vez, pensamos una estrategia con Argentina, donde al igual que con Brasil, el flujo es constante. La decisión fue crear una barcaza para transportar solamente semirremolques, como si fueran contenedores, con una matrícula Mercosur que habilite tanto a camiones argentinos como uruguayos para ser movidos cada uno dentro de su territorio.
¿Esto quiere decir que el semi es transportado independientemente?
Sí. El tractor desliga el semirremolque dentro de la barcaza en Uruguay, y en Buenos Aires este es tomado por un camión argentino, el cual lo lleva al sitio de descarga, para luego devolverlo hacia Uruguay.
De todas formas, no operamos solo con cargas completas. También apuntamos a la consolidación de semirremolque mediante cargas pequeñas.
¿Cuáles son los beneficios de que los choferes no viajen a otro país?
El proyecto estuvo a punto de concretarse en tiempos de COVID-19. En ese momento, los choferes debían abonar 100 dólares para que le realicen un hisopado en frontera, y cada día que el camión estaba detenido representaba un costo adicional de 280 dólares. Por lo tanto, la rebaja del valor del flete respecto a los valores que se estaban abonando era importante.
¿En qué estado se encuentra el proyecto?
El proyecto es ambicioso porque también contempla tomar los puertos secos de Brasil para generar una operación similar. Hay que tener en cuenta que Uruguay se caracteriza por ser un país de tránsito. En primer lugar, porque tiene un ”transit time” menor entre Argentina y Brasil -vía Uruguay se le gana un día a ese trayecto-. Y en segundo, porque goza del beneficio de tener depósitos fiscales en zonas francas que, tanto Argentina como Brasil, siempre usaron como un hub para sus importaciones.
Con esos valores agregados que Uruguay ofrece, empezamos a trabajar en este proyecto que se está encaminando Sabemos que al tratarse de países burocráticos lleva su tiempo, porque se rompen otros negocios y se asustan otros proveedores de servicios. Por eso, es importante destacar que esto no le quita trabajo a nadie. Por el contrario, se optimiza y permite que las PyMEs puedan crecer.
Es fundamental ejecutarlo no solo por la ciudad de Juan Lacaze, sino para la reactivación de pequeñas empresas: al caer el mercado interno en Argentina, es fundamental que puedan exportar.
¿Cuáles son los plazos y qué es lo que falta para concretar el proyecto?
Tuve reuniones con los presidentes y ministros de ambos países como también con los sindicatos de camioneros y portuarios. Todo está alineado, así como la redacción del proyecto, que fue realizada tal cual fue solicitada por las autoridades. Solo resta que se firme la resolución.
Además de esto, ¿la empresa también está trabajando fuerte con la electromovilidad y el eCommerce?
Exactamente. Empezamos a importar vehículos eléctricos hace cinco años, para servicios de paquetería en pequeños volúmenes. Al trabajar con multinacionales, tuvimos la exigencia de introducirnos en la movilidad sustentable.
Empezamos trayendo 60 camiones con motorizaciones Euro 5 con urea para la distribución en Montevideo. Y luego desembarcamos en el auto eléctrico. Actualmente, estos tienen un valor muy elevado y el negocio aún no permite amortizar el costo en el corto plazo, pero las empresas nos están apoyando mediante contratos a largo plazo. Uruguay no cobra el Impuesto Específico Interno (IMESI) que sí tienen los vehículos convencionales, y se trabaja con proyectos de inversión.
Todavía no llegamos al número de unidades deseadas, pero hicimos una apuesta incorporando y renovando, paulatinamente, los vehículos que tenemos con este tipo de energía. Aún no está claro qué distancias se recorrerán con vehículos eléctricos y a hidrógeno: se están analizando las mejores propuestas para que los costos sean lo más rentable posible para el negocio.
¿Y en el caso del eCommerce?
Hace cinco años, compramos una marca ícono en Uruguay, llamada “Tiempos”, que se había caído por malos manejos y problemas sindicales. Con ella desembarcamos en el interior y el COVID-19 aceleró los procesos. Hoy somos número dos en entregas detrás del Correo Nacional.
Eso nos cambió la mirada de la empresa, porque fuimos directamente a ese canal de PyMEs y de clientes pequeños que pretendían que nos hiciéramos cargo del servicio desde el almacenaje y la facturación hasta el flete y la distribución puerta a puerta. También nos obligó a un cambio tecnológico que aún atravesamos y que hasta ese entonces no era necesario en el sector.
El cimbronazo que nos pegó el volumen durante la pandemia nos impulsó a introducirnos en ese mundo digital. Por eso también seguimos analizando implementar mejoras para optimizar los costos y la eficiencia en las entregas .
No es común ver mujeres en la logística, incluso recibiste la mención a la empresaria del año, ¿cuál es tu punto de vista?
Estoy rodeada de hombres y de camioneros desde mi infancia. Para mí no es un mundo ajeno; lo vivo desde muy jóven, pero pareciera que sí es distinto para el empresariado uruguayo.
Es verdad que recibí el reconocimiento de empresaria del año por dos años consecutivos, y no solo pasa por el hecho de ser mujer, que es irrelevante, sino que una nueva forma de ser empresario es teniendo una mirada social. Si debiera buscar una característica distintiva es que trato de ser una empresaria que no solo mira a su gente; sino que también prioriza que la empresa genere un impacto en el medio ambiente y mejore una franja de la sociedad que no tiene oportunidades.
Trabajé fuertemente para formar un grupo de sociólogos, una Fundación, e invertir para un Centro de Cuidados. Todavía queda mucho por hacer, pero ver el cambio, notar cómo las personas que daban todo por perdido se van desarrollando a partir de estas oportunidades es motivante. Y qué mejor que introducir a las nuevas generaciones en el mundo del trabajo y de la cultura. Creo que ese es el camino.
También estamos trabajando para generar capitales semilla para los proyectos que abordamos con la Fundación, que son amplios, y que hacen hincapié en los oficios para permitir una salida laboral más inmediata. La empresa me permite darles una oportunidad de trabajo.
Ahora estamos saliendo en bicicleta por el interior del país para que las mujeres, en un acuerdo con el Ministerio del Interior y el de Desarrollo Social (MIDES), puedan repartir los paquetes en el horario que ellas puedan y así “se hagan el día a día”.
Mi objetivo es contagiar esa mirada, para así ampliar e introducir a las personas que se encuentran fuera del sistema.