Cristian Galarza, director de ASAP (Comercio Exterior), relata sus inicios desde muy joven en el rubro, y cómo las empresas fueron evolucionando con el tiempo y tercerizando el departamento de comercio exterior. Cristian es parte de la historia de Webpicking.com, ya que en los años iniciales del portal él se encargaba de responder las consultas de comercio exterior y logística.

¿Cómo se vinculó con la logística?

Empecé hace muchos años en el mundo de la logística. Más precisamente, hace 42 años que trabajo en el rubro, desde cero. Comencé a trabajar a los 15 años, en una empresa importadora, representante de máquinas del exterior. Ahí conocí el trabajo del despachante y del forwarding. Como cadete, iba de un lugar a otro, fui entendiendo de qué se trataba y me gustó. Apenas terminé el colegio secundario, empecé a formarme para ser despachante.

¿Dónde estaba hace 25 años?

Estaba en un momento bisagra. Al principio trabajaba con mi nombre. Luego armé una sociedad, Cristian Galarza S.A., pero por recomendación de mi contador y de un consultor, decidimos cambiarle el nombre para despersonalizar la sociedad. La idea era no quedar atado a la figura del despachante individual. Esto fue en 1998. En aquel momento ya buscábamos hacer crecer la empresa.

Además, empezamos con la consultoría en webpicking.com: respondía preguntas de todo tipo: laborales, empresariales y hasta personales. Nos conocimos en una feria del Instituto Argentino del Envase. 

¿Cómo imaginaba el futuro de la logística en aquel momento?

Cuando empecé a trabajar, las empresas tenían un despachante de aduana, un departamento de comercio exterior y un asesor en comercio internacional. Era la configuración clásica.

Pero empecé a notar que el despachante absorbía las otras funciones. Fue el fenómeno de la tercerización, que se dio en todos los niveles.

Las empresas pensaban: ¿para qué tener un departamento interno si lo puedo tercerizar con el despachante? Más allá del profesionalismo, se sacaban de encima una contingencia. Si tengo un problema con un empleado, despedirlo cuesta dinero. Si el despachante tiene ese problema, es responsabilidad suya. La consultoría fue algo en lo que los despachantes tuvimos que meternos para cubrir ese nicho. Algunos lo hicieron, otros no, y está bien: son decisiones personales.

En nuestro caso, por eso también cambiamos el nombre. Queríamos ampliar servicios: hacer gestiones bancarias y todo lo que antes hacía la empresa. Así fuimos aprendiendo y expandiéndonos.

Algo parecido pasó con el transportista que se convirtió en operador logístico, ¿es así?

Exactamente. Hubo una evolución natural y el fenómeno de la tercerización no fue exclusivo del comercio exterior. Las empresas empezaron a buscar alivio ante las contingencias. Y ni hablar de lo que pesa la contingencia en Argentina, con normas tan cambiantes.

¿Qué cambios hubo en estos 25 años en su empresa o en el sector?

Muchísimos. Pasamos del papel a lo digital; de las declaraciones manuales al Sistema María. Antes, por ejemplo, en una exportación, había que declarar ítem por ítem: “vaso de vidrio”, “recipiente de tantos cm3 hecho de vidrio”, etc. Las liquidaciones eran manuales. 

Antes esperábamos que llegara la factura comercial por correo. Luego apareció el fax, que fue una revolución después del télex. Y finalmente, Internet simplificó todo.

Como decía aquella vieja publicidad: “hemos recorrido un largo camino, muchachos”.

¿Hacia dónde va el cambio en los próximos 25 años?

Creo que ya está ocurriendo. Estoy convencido de que la figura del despachante de aduana tiene los días contados.

En países como Estados Unidos, no existe la figura del despachante para exportación. Y para importación, salvo intervenciones puntuales (como FDA), revisan uno de cada 10.000 embarques. Vamos hacia un sistema más simple.

Hasta el año pasado, con políticas altamente regulatorias, eso no era posible. Pero hoy se están facilitando procesos, y el despachante, si solo hace despacho, deja de aportar valor. El futuro pasa más por la consultoría y otros servicios que no desaparecerán: fletes, almacenaje, y operaciones físicas, por ejemplo.

Desde hace años, nosotros apuntamos a la consultoría. No sirve de nada que te diga cómo clasificar un producto si te falta una certificación cuando llega. Eso es lo que hoy necesitan las empresas.

¿Coincide con que había un tinte político y burocrático en el comercio exterior?

El problema es que nunca tuvimos políticas de Estado, sino solo medidas. No hubo una política sostenida de exportaciones: mientras que un gobierno prohíbía exportar carne para bajar el precio interno, otro cambiaba las retenciones.

Con las importaciones se dio una situación similar: regulaban el tipo de cambio, la inflación, o el egreso de divisas. Hasta el año pasado, los importadores no sabían si obtendrían licencia para importar o si podrían enviar los pagos al exterior, no se podían comprometer con un proveedor.

Eso cambió con un nuevo marco de previsibilidad.

¿Y la burocracia?

La burocracia en Aduana está mejorando, pero siempre fue compleja: trámites largos, tiempos inciertos y discrecionalidad. Ahora está cambiando. No sé si llegarán al final, pero se está avanzando, se están atacando problemas de fondo, como los extra costos para importadores y exportadores.

Lo más importante: la certidumbre. Eso permite comprometerse con clientes, planificar, conocer los costos. Antes, los importadores se cubrían ante la incertidumbre, y ese sobreprecio lo terminaba pagando el consumidor.

¿Se desburocratizará y desregulará el comercio exterior?

Ya está pasando. Siempre hay tintes políticos, sobre todo al hablar de lo que hace un gobierno. Pero este gobierno está haciendo lo que dice que va a hacer. El hecho de que exista un Ministerio de Desregulación ya es un mensaje.

Hasta el año pasado, salían normas todos los días, y todas complicaban las cosas. Hoy salen normas todos los días para desregular. No hablo de medidas polémicas como cerrar el INADI, pero sí de que una persona puede sacar una cédula azul desde su teléfono. 

Con la importación se da una situación similar. Habrá industrias que deban adaptarse más, pero vamos hacia un mercado más desregulado. En el mediano o largo plazo, sin despachantes de aduana.

Vea la entrevista en video completa a Cristian Galarza, director de ASAP, en este enlace