Martín Borbea Antelo, secretario de la Federación Argentina de Entidades Empresarias del Autotransporte de Cargas (FADEEAC) analizó las restricciones impuestas a los transportistas por el por algunas provincias para protegerse de la pandemia del COVID-19
Cada vez más provincias en Argentina dictan decretos que restringen la circulación de los choferes y, consecuentemente, de los camiones y de las cargas. Este lunes por ejemplo, se sumó Santa Fe, lo cual complica la operatoria normal del transporte.
Por otro lado, San Luis ya obliga a los camiones que llevan productos y no tienen base propia en la provincia a dirigirse a un predio determinado y allí tienen tres opciones: trasladar la cargas; que un camión local lleve el semirremolque a descargar y luego lo regrese; o abonar una custodia que garantiza que el chofer no baje de la cabina ni tenga ningún tipo de intercambio con otra persona dentro de la provincia.
“No creo que haya un trasfondo político, sino un poco de miedo. Entiendo que un gobernante tiene que velar por la salud de sus ciudadanos, lo comparto y lo apoyo. El problema es que cuando toma este tipo de medidas, también tiene que evaluar todas las consecuencias. Cuidar a sus ciudadanos a través de impedir que un camión circule solo desalienta el envío de mercaderías hacia esa zona y generará otro problemas diferentes al que busca solucionar”, señala Martín Borbea Antelo, secretario general de la Federación Argentina de Entidades Empresarias del Autotransporte de Cargas (FADEEAC).
Y remarca: “Esto pone en evidencia la falta de conocimiento de los gobiernos de las redes de abastecimiento. Generalmente, la mayor parte de las cargas son enviadas desde Buenos Aires al interior y esto es lo que muchos están impidiendo”.
Ejemplifica: la Rioja y Catamarca se abastecen de Córdoba, pero Córdoba, de Buenos Aires. “Ese es el circuito normal de la carga y no se puede modificar simplemente”.
“Desde FADEEAC, estamos trabajando con el gobierno nacional y con cada una de las jurisdicciones. Cuando detectamos problemas puntuales de un municipio, tratamos de comunicarnos y de transmitir nuestros conocimientos, para que adapten las medidas para lograr igualmente sus objetivos: cuidar a su población”, dice.
“Muchos creen que el transporte solo implica llevar algo de un punto al otro. Por el contrario, nace desde el momento en que se carga la mercadería en el camión y su alcance concluye cuando la mercadería es descargada. En mucho casos, ni siquiera se puede trasbordar, por complejidades con cadenas de fríos o habilitaciones y coberturas de seguros”, explica Antelo Borbea.
Y señala: “Lamentablemente, en lugar de ir aprendiendo de los errores, están cometiendo cada vez más. Es una pena que no se consulte a los que realmente saben. Nosotros somos conscientes de los riesgos y, por eso, todos los camiones tienen protocolos de seguridad adaptados a la realidad que nos toca vivir con el COVID-19”.