En su intervención durante el XI Encuentro Argentino de Transporte Fluvial, realizado el 24 de abril 2017 en Rosario por el Instituto de Desarrollo Regional, el subsecretario de Puertos y Vías Navegables de la Nación, Cap. Jorge Metz expresó lo que se transcribe a continuación:

Queremos mostrar las decisiones y las obras que el Estado nacional argentino está encarando y desarrollando. Tenemos un plan de desarrollo de infraestructura, incomparable a cualquiera precedente. Ya incluye 2.899 km de autopistas y caminos seguros, estamos en la segunda etapa de renovación del ferrocarril Belgrano (500 km), y tenemos por delante la renovación y puesta en marcha de 19 aeropuertos, que se verá acompañada del cambio de las líneas aéreas, para dar respuesta a la oportunidad de crecimiento de tráfico.

Un año atrás, la Subsecretaría de Puertos y Vías Navegables y el Ministerio de Transporte nos reunimos, y fue la primera oportunidad pública que tuvimos de contar el plan. Debíamos interpretar la etapa en que nos encontrábamos. El equipo de Transporte comenzó a trabajar en un plan de gobierno, tres años antes de que la ciudadanía eligiera este Gobierno, y ahora estamos desarrollando lo planificado.

La planificación no es un tema menor. Si analizamos la historia de Argentina, podemos observar que a fines de siglo XIX, la generación del 90 construyó y planificó los instrumentos logísticos de los que hoy dispone el país –puertos y ferrocarriles-. Los puertos se desarrollan sobre el modelo teórico y práctico que cada uno de ellos estableció; aun tienen las mismas dimensiones y no presentan grandes cambios en materia de infraestructura.

Sobre la base de esta situación, observamos que debíamos trabajar en dos niveles: 1. En la facilitación del comercio y del desarrollo, en tanto ciertas medidas tomadas anteriormente debían ser corregidas, ajustadas o reglamentadas; 2. En el desarrollo, que tiene que ver con decisiones de Estado. A partir de que el Estado entregó la gestión de los puertos a las provincias en la década del 1990, cada puerto y actividad que se extendía en los 4.500 km de nuestro litoral fluvial marítimo, en el que 12 Estados tienen alcance, cada uno de ellos podía privatizar y armar consorcios de gestión -como el modelo de ENAPRO- o podía desarrollarlo desde la autoridad pública.

Al inicio de la gestión, apuntamos a construir puentes entre cada una de las asociaciones gremiales del trabajo y las empresas, para identificar las problemáticas y los esfuerzos que debíamos considerar. Observamos la situación, desarrollamos un plan y nos comprometimos con inversiones en obras de desarrollo en infraestructura.

Obras en marcha

Veníamos de ocho años sin inversiones portuarias. Comenzar nuevamente con este proceso era complejo, porque debíamos hacer estudios sobre las infraestructuras, las administraciones tenían que consolidar el proyecto ejecutivo, llamar a licitación y dar la oportunidad de competir a diferentes empresas. Todas las obras fueron adjudicadas hasta en un 30% del valor del proyecto oficial, lo que fue una demostración del cambio que queremos producir.

Estamos terminando las obras en el Puerto de Comodoro Rivadavia –que comenzamos en 2016, luego de su paralización en 2011-, e iniciamos la ampliación del muelle Almirante Storni de Puerto Madryn, aunque está demorada por un conflicto gremial con la UOCRA, que entendemos que el Gobernador resolverá. Se encuentra también en proceso de adjudicación el muelle Piedrabuena, de la misma localidad, del que se esperan ahorros del 6%.

En Ushuaia, las obras fueron adjudicadas en marzo de 2017, con un ahorro de 28% respecto del valor original. Finalmente, el Puerto de Itá Ibaté, en Corrientes, está en proceso de adjudicación y será el primero construido por el Estado nacional en más de 20 años.

Hoy, los ríos llevan más carga y por ellos transitan el gas y el combustible que el país necesita. En tiempos de cosecha, las demoras que se producen significan dinero que, finalmente, los argentinos y los productores pagan. Las obras están encaminadas para los tres pasos del Río de la Plata y los 22 en el río Paraná.

Simultáneamente, continuamos el seguimiento y el monitoreo de la ejecución de las obras, para avanzar en 2018 con los planes proyectados para los puertos de Bahía Blanca, de Quequén y de Mar del Plata.

Por último, impulsamos obras en la Isla Martin García. Sufrió mucho abandono y queremos darle la profundidad necesaria para aumentar su alcance turístico y que todos la sintamos como propia. El compromiso del Estado es hacer las obras asociadas al muelle y una olla de fondeo para las embarcaciones.

Entendemos que nos está yendo bien. El presidente Mauricio Macri está conforme y el ministro Guillermo Dietrich está conduciendo la decisión y la batalla ideológica y política del desarrollo y de las facilitaciones que debemos practicar, en beneficio de la competitividad y de los mejores costos para el comercio exterior.

El problema de siempre: costos

Un año atrás, observamos una gran distorsión de precios, que tenía que ver un valor de dólar irreal, la inflación y los sobrecostos, que había complicado la operatividad. En este contexto, anunciamos una serie de medidas, y el Presidente y el ministro de Transporte se comprometieron a trabajar en las licitaciones y asesorar a las empresas del Estado.

De esa forma, logramos una abaratamiento del 36% los costos del ENARSA. Y alcanzamos una disminución del 20 % en el servicio de remolcadores en diferentes puertos del país. El costo del servicio obligatorio de remolcadores para las operaciones de atraque y zarpada era excesivo en comparación con operaciones similares en puertos de la región.

Por otra parte, en abril se entregaron los nuevos precios de practicaje, que son muy satisfactorios, aunque tenemos algunas complicaciones en algunos puertos y en el Río de la Plata y Bahía Blanca, donde no se refleja un descuento importante. Logramos un abaratamiento del 30% en los servicios en ROSAFE. Antes de la temporada de la cosecha, alcanzamos un 5% más y estamos en un plan de seis meses para analizar la oportunidad de continuar en esta línea. Entendemos que llegaremos a un acuerdo, para bajar en un 35% los costos de los servicios. Necesitamos mantener la competitividad.

En cuanto a la Hidrovía: estamos dialogando desde hace 15 meses; cumplimos 500 días de trabajo. Nos entenderemos y lograremos bajar los costos en las obras y en las tasas. Nos está faltando negociar las condiciones de la Hidrovía, pero nos fue bastante bien, teniendo en cuenta todas las dificultades que esto trae aparejado.

Este es un sector muy complejo. Pedimos a todos hacer un esfuerzo para reconocer la necesidad de abaratar los costos, si queremos competir con países de Australia y Nueva Zelanda. Somos el terminal del continente americano; no nos queda otra alternativa que bajar costos para ser competitivos.

¿Qué se viene?

Estamos en medio de una transformación. Antes de 1990 existía, en el Ministerio de Obras Públicas, la Dirección de Construcciones Portuarias y la Dirección de Vías Navegables. La figura que remplaza sus actividades es la Subsecretaría de Puertos y Vías Navegables, que no recibió transferencias de bienes. Actualmente, se está trabajando para identificar todos los bienes que estaban en poder del Ministerio, para blanquearlos ante las autoridades.

Tenemos un acuerdo con el gremio, por el cual estamos desarrollando una sociedad anónima. Hoy, todas las firmas internacionales y nacionales están incorporando dragas a la bandera argentina, y esto nos permitirá pensar en la reingeniería de las vías navegables.

El Estado debe controlar y verificar las actividades, y sobre esto estamos trabajando. Estamos también trabajando con la Comisión Administradora del Río de la Plata: imaginamos que podemos tener un canal de subida y uno de bajada que aumente las oportunidades de los puertos de Entre Ríos. Observamos compromisos para el dragado de Diamante e inversiones privadas en ROSAFE, asociadas al avance de la recuperación del Ferrocarril Belgrano.

El Estado está demostrando que con una planificación y con un compromiso en las obras a desarrollar, el sector privado reacciona. Empezamos a construir un puente entre el sector privado, las cámaras, las asociaciones gremiales que involucran a los armadores y los gremios. Estamos haciendo lo que hay que hacer, y juntos.

Realizado por webpicking.com en mayo 2017