En los últimos tres años, las empresas y sus cadenas de suministro se han enfrentado a retos extremos y a situaciones hasta ahora desconocidas debido, entre otras cosas, a la pandemia del coronavirus, el estallido de la guerra de Ucrania y las catástrofes naturales relacionadas con el cambio climático. Ante estos brotes de riesgo de impacto global, la importancia del tema de la gestión de riesgos en la cadena de suministro está creciendo y se ha convertido en una prioridad absoluta para el 58% de las empresas.
Esta es sólo una de las conclusiones de la segunda edición del estudio global de Miebach Consulting sobre la relevancia y los factores de éxito de la gestión de riesgos en la cadena de suministro, en el que participaron cerca de 300 empresas.
Tim Wagner, consultor de Miebach y uno de los responsables del proyecto, señala: “Actualmente las cadenas de suministro tienen un 40% más de probabilidades de verse afectadas por interrupciones que en 2019, y además éstas causan impactos más dramáticos. En consecuencia, las demandas de mitigación de riesgos, flexibilidad y resiliencia en las cadenas de suministro están aumentando. Aquí es donde la gestión de riesgos de la cadena de suministro puede hacer una contribución importante”.
Otras conclusiones
El estudio también mostró que el año pasado las empresas participantes experimentaron pérdidas financieras que oscilaron entre el 0,6% y el 4% de las ventas anuales, dependiendo de la gravedad de las disrupciones. Las consecuencias más comunes de estas interrupciones fueron: retrasos en las entregas, rutas de reparto bloqueadas y aumento de los costes de transporte.
Alrededor de la mitad de los encuestados que contaba con una estrategia de gestión de riesgos en la cadena de suministro pudo mitigar el impacto de los principales riesgos. Así, el 68% de las empresas pudo evitar las rutas de suministro bloqueadas, manteniendo sus flujos de aprovisionamiento o distribución y minimizando el impacto, y el 80% redujo los efectos negativos de los retrasos en las entregas.
Otro resultado destacable fue que, aunque el 94% de las empresas ha establecido un proceso para la gestión de riesgos en la cadena de suministro, casi ninguna incluye a toda la cadena de suministro en el proceso. De cara al futuro, tres cuartas partes de los encuestados desean seguir invirtiendo en este ámbito, centrando su atención en optimizar el proceso en su conjunto.
A la hora de reforzar su resiliencia a corto plazo, las empresas se centran en las redundancias en el inventario o las adquisiciones (abastecimiento doble o múltiple), mientras que reservan para el largo plazo los cambios estructurales o estratégico en la cadena de suministro, como por ejemplo el nearshoring.
“Si algo nos han enseñado los últimos años es que la gestión de riesgos en la cadena de suministro es esencial para que las empresas naveguen con seguridad en tiempos difíciles y se aseguren ventajas competitivas a largo plazo”, concluye Daniel Simon, consultor de Miebach Consulting.
El informe completo puede ser solicitado a Johanna Rossi a: rossi@miebach.com