La firma de neumáticos Michelin trabaja junto con la entidad francesa Carbios en una tecnología de reciclaje de residuos plásticos para obtener PET, que se utilizará en la fabricación de neumáticos. Este acuerdo marca una nueva etapa hacia el neumático 100% sostenible, objetivo de Michelin en 2050
El proceso de reciclaje enzimático recupera residuos plásticos o textiles, como botellas, bandejas, prendas de poliéster, etc, para convertirlos en PET. Se basa en una enzima capaz de despolimerizar de modo específico el PET contenido en estos residuos. Esta innovación permite el reciclaje infinito de todos los tipos de residuos de PET, así como la elaboración de productos PET 100% reciclados y 100% reciclables que conservan una calidad equivalente al PET original.
PET (teraftalato de polietileno) es un plástico derivado del petróleo, ya que sus dos monómeros, el etilenglicol y el ácido tereftálico, proceden del petróleo. Es la materia prima de una de las principales fibras de poliester utilizadas en los refuerzos de los neumáticos.
Aplicación del reciclaje enzimático de PET en los neumáticos Michelin
De acuerdo con las compañías, los procesos convencionales de reciclaje termo-mecánico de plásticos compuestos no permiten obtener el alto rendimiento necesario en las aplicaciones para neumáticos. Tras ser re-polimerizados como PET, los monómeros derivados del proceso desarrollado por Carbios, procedentes de residuos plásticos coloreados o incoloros (botellas, frascos, etc), permiten obtener una fibra de alta resistencia que cumple con las exigencias de Michelin. La fibra obtenida es de una calidad idéntica a la de una fibra técnica de PET primario procedente del petróleo, y resulta idónea para la fabricación de neumáticos, teniendo en cuenta su resistencia a la ruptura y su estabilidad térmica.
Cada año se comercializan en todo el mundo 1.600 millones de neumáticos para autos. Las fibras PET empleadas en la producción de estos neumáticos, teniendo en cuenta a todos los fabricantes, representan 800.000 toneladas anuales.
A medio plazo, existe un potencial de cerca de 3.000 millones de botellas de plástico que podrían ser recicladas anualmente en fibras técnicas para fabricar neumáticos Michelin.