¿Qué tienen en común un montañista que escala en el Himalaya, y un gerente que pasa horas detrás de su ordenador en el escritorio? Contrario a lo que muchos pueden pensar, tienen muchísimas similitudes; y si bien el entorno puede ser muy diferente (aunque a veces el aire acondicionado de las oficinas rivaliza con el viento de Groenlandia, o la calefacción le hace la competencia al más sofisticado saco de dormir de plumas), las actitudes y cualidades que tienen que utilizar son definitivamente muy parecidas.
Emplear un liderazgo eficaz y adaptado a cada situación, planificar exhaustivamente sin dejar de estar preparados para improvisar, manejar y controlar los riesgos y las emociones con maestría personal, son todas habilidades que forman parte del vocabulario de los grandes empresarios y de los buenos montañistas. Y la pasión es la fuerza que está detrás de los grandes éxitos tanto de un directivo empresarial como de un expedicionario polar.
Ante esta similitud es natural que los dos campos en principio tan dispares, se empiecen a relacionar cada vez más estrechamente, y se nutran uno del otro para obtener excelentes resultados. En ese sentido es cada vez mayor la utilización de asesorías y consultorías de montañistas y deportistas en general, a directivos y equipos de trabajo de muchas compañías, para asimilar las metodologías que se aplican con tanto éxito en, por ejemplo, una expedición de montaña, o de hecho en cualquier reto deportivo de envergadura.
Siendo parte de un equipo de montañistas de alto desempeño a lo largo de casi tres décadas, pude ir teniendo la vivencia personal de lo que significa plantearse grandes metas y llevarlas a la realidad. Y paralelamente a nuestra actividad como montañistas, fuimos desempeñando en muchas ocasiones ese rol de motivadores para numerosas empresas, que utilizaban nuestro ejemplo como fuente de inspiración de sus propios empleados. A través de conferencias donde relatábamos nuestras experiencias, y de workshops donde ayudábamos a desarrollar herramientas de Team Building y liderazgo, pudimos corroborar en la práctica que todos esos parecidos entre deportistas y empresarios no eran mera coincidencia formal, sino que más bien constituían un poderoso recurso para impulsar sustanciales mejores de rendimiento en los empleados.
Y lo más fructífero de todo el proceso ha sido poder entender que estos aprendizajes no son solo aplicables al medio gerencial, sino que en realidad integran un cuerpo de valores útiles para toda nuestra vida. Al fin y al cabo, no solo hay parecidos entre un montañista y un gerente; la similitud abarca ciertamente a todos los campos humanos, pues las claves de cualquier éxito sea en el área que sea, se repiten con increíble semejanza. En el fondo todos tenemos las mismas ilusiones y anhelos, y podríamos decir sin temor a equivocarnos, que cada quien tiene su propio Everest.
Por Marco Cayuso, del Grupo de Conocimiento Global Lean. Liderazgo Lean, para webpicking.com
Marco Cayuso
Es integrante de la agrupación de montañistas venezolanos Proyecto Cumbre, y ha sido parte de las primeras expediciones de su país al Everest y los Polos. Se ha desempeñado durante años como conferencista y asesor en procesos de capacitación en empresas, además de realizar otras labores en el campo del turismo de aventura. En la actualidad reside en Madrid.
Es una empresa especializada en Consultoría, formación, asesoramiento e implantación de mejora de procesos en la Cadena de Suministro mediante herramientas de mejora continua, con sedes en Madrid y Barcelona, y delegaciones en Vigo y Sevilla.
Cuenta con profesionales con más de 20 años de experiencia dedicados a fomentar el desarrollo competitivo en la empresa y principalmente a la mejora de procesos estratégicos y operativos de la Cadena de Suministro, mediante herramientas de mejora continua, aportando competitividad, ahorro de costes e incremento de los estándares de calidad. Ofrece soluciones globales que van desde el diseño hasta la implantación de dichas mejoras.
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