Guido Heras, responsable de Proyectos Especiales de la Fundación Profesional para el Transporte (FPT), el brazo académico de la Federación Argentina de Entidades de Autotransporte de Cargas (FADEEAC), se refiere a la falta de choferes profesionales para el transporte de carga, tanto en Argentina como en el mundo. Además, profundiza sobre sus causas y las potenciales soluciones. Entrevista realizada durante la ExpoTransporte, en la Rural de Buenos Aires en agosto de 2022.
¿Cuál es el perfil del conductor de camiones argentino?
Se trata de hombres de entre los 30 y 60 años, que se hicieron dentro del oficio a partir de las enseñanzas de los más experimentados. Generalmente, se detectan falencias en el conocimiento de nuevas tecnologías y necesidades que hoy amerita el servicio de transporte y que la sociedad exige.
¿Por qué se considera que hoy faltan estos profesionales en Argentina?
Es una realidad que están transmitiendo las empresas. Hay vehículos que no salen porque no hay choferes o porque no consiguen el conductor adecuado para brindar el servicio. Quizás hay empresas que cuentan con chóferes, pero tienen dificultades para estar a la altura de lo que requieren las dadoras de carga.
Actualmente, las dadoras de carga exigen ciertos tipos de capacitaciones, exámenes psicofísicos e índices de accidentología que son un filtro para muchos conductores y compañías.
Las estadísticas de la FPT evidencian una falta de jóvenes en la profesión, ¿a qué se debe?
Según encuestas a empresas y especialistas del sector, la problemática pasa por las condiciones laborales al momento de desarrollar la actividad; que no están relacionadas exclusivamente con las condiciones, con la antigüedad y calidad del vehículo, sino con la infraestructura con la que se cuenta para desarrollar la actividad. Por ejemplo, sanitarios, servicios e infraestructura en los dadores de carga.
No se puede armar una vida organizada familiarmente llevando adelante las actividades del transporte, debido a falencias existentes en varias partes que hacen a la industria. Ese flagelo, que es mundial, no incentiva la profesión, a pesar de que existen personas con vocación que se suman ni bien cumplen con la edad reglamentaria y obtienen las licencias correspondientes. También hay personas que se acercan cuando ven una oportunidad económica, pero migran hacia otro sector cuando esta deja de ser atractiva. Por estos motivos, es difícil que las empresas cuenten con un plantel estable de conductores.
¿Hay mediadas que debería implementar el Gobierno para que la actividad sea más atractiva?
Lo ideal es que todas las partes interesadas se sienten a discutir el tema, ya que cada una puede aportar ideas y propuestas interesantes; tanto las cámaras de transporte y los sindicatos, como los transportistas, los dadores de carga y el propio Estado. El entorno del transporte de carga es amplio y diverso, y para que la actividad gane atractivo es necesario que se trabaje en conjunto.
Lógicamente que el Estado tiene su función, pero hoy en Argentina no están tan claras las necesidades primordiales que deben abordarse.
Una posibilidad sería acercar a la profesión a personas que tienen la necesidad de trabajar pero que todavía no llegan a la edad reglamentaria. Actualmente, para poder ejercer es necesario tener 21 años, pero se analiza reducirla. Aunque, por otro lado, con conductores aún más jóvenes los riesgos de conducir un vehículo de carga son más altos. La realidad indica que con 20 años sólo es posible manejar un auto o una camioneta, pero desde los 21 ya es posible conducir un bitren.
Por eso, la propuesta desde el sector es una medida gradual, con el fin de que la profesionalización sea más controlada y efectiva. Es decir, que se pueda conducir cierto tipo de camión a una edad temprana, para luego ser más exigentes con situaciones que así lo ameriten, como el transporte de cargas peligrosas o la conducción de bitrenes. Y mientras tanto, realizar diferentes capacitaciones y entrenamientos que generen valor agregado y calidad a las prácticas conductivas del oficio.
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