José Poncio, socio gerente en Set Logística y maestrando en Gestión de Negocios y Aplicaciones Tecnológicas, relata cómo de sus inicios de estudiante de ciencias económicas entró en una empresa de transporte donde hizo sus primeros pasos para luego fundar su propia empresa, Set Logística, y ofrece su visión del futuro de la actividad.

¿Dónde se encontraba hace 25 años?

Ya hace casi 40 años que estoy en logística y transporte. En 1993 fundé mi empresa, Set Logística, orientada a la supply chain. En ese momento no se hablaba de supply chain, sino de logística; por eso la razón social ya estaba relacionada al rubro. Para 1999, desarrollé la primera cátedra de Logística para la Universidad Siglo 21. Además de mi actividad empresarial, me dediqué durante muchos años a la docencia. Esa cátedra era transversal a varias carreras, y la disfruté mucho.

Antes de eso, también había desarrollado una carrera de comercio exterior para el Instituto San Martín, dependiente de la Universidad Nacional de Rosario. Siempre estuve muy ligado a la logística, creyendo firmemente en la construcción de cadenas de valor. Otro pilar fundamental para mí fue la mejora continua y la calidad total, que también fueron los fundamentos sobre los que se construyó nuestra empresa.

¿Qué lo llevó a la logística?

La casualidad. En 1981 comencé a estudiar Ciencias Económicas. Trabajé dos años en estudios contables y, luego, mi primer empleo formal fue en una empresa de transporte, líder en Córdoba en ese momento. Aprendí muchísimo. Me enviaron a Rosario como gerente, siendo aún muy joven, y allí hice mi “maestría”: cometí todos los errores posibles, y mi jefe me bancó. Siempre le estaré agradecido.

Tuve la suerte de aprender de gente con gran experiencia en transporte y distribución, legado de Expreso Maipú. Aporté una mirada integradora, uniendo logística con estrategia, y así me fui metiendo cada vez más en el sector. En 1991 dejé la empresa, pasé por una autopartista, y en 1993 decidí emprender.

En los ’90 participó de cursos. ¿Qué imaginaba para el futuro de la logística?

Tengo trabajos escritos de esa época. Ya intuía que el concepto de supply chain, que luego evolucionó desde la “cadena de suministro integrada”, sería clave. La visibilidad en la cadena era una condición indispensable para responder a los tiempos que venían.

¿Recuerda los ’90? Argentina era una fiesta. Llegaban empresas como Chrysler, General Motors (que luego se fue a Rosario), y la industria automotriz crecía con fuerza. Había una alta demanda de profesionales, y era fundamental profesionalizarse e integrarse a cadenas de valor globales.

El otro gran eje era la tecnología. En aquel momento apenas conocíamos el Nokia 1100, no imaginábamos lo que vendría. A comienzos de los 2000, con el BlackBerry y el geoposicionamiento, llegaron los primeros geotrackers satelitales, que mejoraron la seguridad de los camiones, y después el tracking de última milla.

Por eso, desde el principio implementamos un ERP en nuestra empresa, para integrar la información de punta a punta, tanto para nosotros como para nuestros clientes.

¿Qué otras transformaciones recuerda, además de los dispositivos tecnológicos?

Estuve muy vinculado a ARLOG desde su fundación. Una de las grandes disrupciones fue la estandarización del palet ARLOG. El impacto en la logística física fue enorme.

Luego llegó el tracking, no solo de pedidos, sino de toda la cadena. Antes, los pedidos se preparaban con remitos físicos. Si se perdía un remito, no había forma de saber qué entregar. Si el despachador se enfermaba, nadie sabía cómo seguir el ruteo. Era todo muy manual, muy personalizado.

Una de mis primeras luchas fue contra ese modelo de “quintas”, donde cada empresa era un reino cerrado. Como empleado, me enfrenté a varias de estas estructuras, y aunque me costó varios disgustos, con el tiempo las cosas mejoraron. Cuando uno entiende que forma parte de algo más grande que su propio metro cuadrado, el trabajo se vuelve virtuoso. Al final, se benefician todos, especialmente el cliente, con entregas más rápidas, menor costo y mayor sustentabilidad.

¿Cómo imagina el futuro del sector logístico?

Sin dudas, será profundamente transformado por la tecnología. Hace poco, mi hija, que estudia una maestría en Estados Unidos, me envió un video: mostraba pequeños robots de delivery repartiendo pizzas. Cuando se le cruzó a uno, este se detuvo. Al liberarse el paso, retomó su ruta. Eran cientos. Eso va a pasar.

Más allá de lo técnico, lo más disruptivo será la inteligencia artificial. Aunque aún no se comprende del todo cómo aprende, está claro que hará el ruteo, anticipará necesidades, se comunicará automáticamente con los clientes y gestionará múltiples APIs.

Creo que también surgirán tableros de control que, ante una desviación de ciertos parámetros, requerirán intervención humana. El humano no va a desaparecer, pero sí deberá convivir y profundizar su vínculo con la tecnología.

Todavía no existe el camión autónomo, pero sí uno con piloto automático y alertas para que el conductor tome el control en caso necesario. En picking, por ejemplo, ya se utilizan exoesqueletos, logrando una sinergia entre lo humano y lo tecnológico.

También hay automatización creciente: muchas droguerías ya tienen sistemas donde los productos bajan por gravedad, se recogen en cintas, se pesan, se controlan, se envasan y se despachan automáticamente. Eso ya existe y va a crecer.

Hasta entonces, dadas las restricciones a las importaciones, era difícil o incluso imposible invertir en tecnología, pero ahora empieza a hacerse más viable. Con el dólar más estabilizado y acceso a tecnología, estas inversiones se vuelven viables. Algunas empresas ya desarrollan procesos robotizados para firmas globales como Toyota. La ingeniería está; solo falta que las empresas puedan destinar capital para adoptar estos procesos.

¿Cuáles son sus últimas novedades?

Buscamos cómo contribuir a la sociedad desde los conocimientos generados en esta comunidad que me toca liderar. La Universidad Siglo XXI me convocó hace un año y medio para desarrollar un programa de posgrado en logística.

Creamos la carrera “Logística y cadena de suministros sustentables”, completamente virtual. Esta universidad, una de las más grandes del país, tiene un equipo tecnológico potente, lo que promete un gran alcance.

La CONEAU la aprobó en tiempo récord, una de las aprobaciones más rápidas dentro de sus 500 carreras. Esto refleja la demanda del mercado y cómo Argentina necesita dejar de estar al margen del mundo, para integrarse de manera eficiente al concierto de las naciones.

El nearshoring y las tensiones geopolíticas oriente-occidente nos abren oportunidades como proveedores de productos y servicios profesionales al hemisferio norte: Estados Unidos, Canadá, México y Europa. Pero debemos prepararnos, y la tecnología será transversal en este camino.
Vea la entrevista completa a José Poncio en video en este enlace. https://webpicking.com/hablemos-de-logistica-879-especial-25-anos-webpicking-com-con-jose-poncio/