Fabián Yannone, presidente de la Asociación Argentina de Logística Empresaria (ARLOG) y director de Relaciones Institucionales en Andreani, relata su trayectoria en la profesión y ofrece su visión a futuro.
¿Dónde estaba 25 años atrás?
Mi carrera en la logística tiene más de 35 años y siempre fue en Andreani. Me desarrollé, crecí y adquirí todos mis skills en logística y en management en la compañía. También participé en la fundación de ARLOG y acompañé a la entidad en la profesionalización del sector. Nuestro querido Roberto Liatis y Jorge López fueron una musa inspiradora y una guía.
El 2001, particularmente, lo recuerdo con una dureza tremenda: hubo muchos esfuerzos para salir adelante. En ese momento, yo trabajaba en áreas comerciales y tenía mucha expectativa de crecer y de interiorizarme en las operaciones. Más allá de mi formación, al principio, visitaba a clientes y muchos no sabían de qué les estábamos hablando: la logística estaba asociada al Ejército y a las Fuerzas Armadas, antes que al mundo de las empresas.
En ese momento, todos tratábamos de viralizar que la logística era fundamental para las empresas, que tenía que ver con la eficiencia y la trazabilidad y que influía en toda la cadena del negocio. Desde Andreani, dábamos charlas en laboratorios, en cámaras y en asociaciones. En ese momento, además, la logística estaba asociada al manejo de flujos físicos sobre la base de tres variables: el transporte, el dinero y la información. No obstante, con el desarrollo de la tecnología, eso mutó.
¿Cómo era su relación con las entidades del sector?
Siempre participé en organizaciones como ARLOG y CEDOL. En 2003, viajamos a España para tomar contacto con la asociación de profesionales de Madrid y trajimos lo que luego se convirtió en el sello CEDOL. Y junto con profesionales como José Luis Lozada y Enrique Rivas desarrollamos para esa fecha el primer libro de la cámara.
Siempre me gustó entablar relación con los colegas. Es importante que el mercado sea un lugar de encuentro y que no nos canibalicemos: a veces, por darle el mejor precio a un cliente, lo terminamos perjudicando.
Oscar Andreani y Jorge López siempre fueron muy generosos conmigo. Me dejaron emprender negocios propios y avancé con algunos que no tienen nada que ver con la logística. Y hoy, si bien soy director de Relaciones Institucionales en Andreani, tengo también un abanico de negocios propios que me permiten decir que soy un empresario. Esta es una faceta mía que no veía para el 2001, cuando frente a la crisis Oscar Andreani nos pidió que nos acompañemos porque teníamos que achicarnos y apretar los dientes.
Hoy, desde mi lugar, trato de seguir acompañando a las generaciones más jóvenes que están en la logística. Hoy, pareciera que las tres variables que hacían a la logística -el movimiento de mercadería, de información y de dinero- ya no existen más.
Años atrás, un director de Roche participó de una de nuestras convenciones, para contar su caso: la compañía había comprado una empresa de IBM de datos porque hoy la información pasa por ahí, por el manejo de quién consume, qué consume y cómo consume. Los operadores logísticos tenemos un espacio para ser muy fuertes, ¿Cómo se pueden diferenciar? Hay que empezar a pensar cómo darle más servicio al usuario final.
¿Qué innovaciones ve hoy?
Parte de nuestro equipo en Andreani viajó recientemente a China para ver un sorter que maneja cerca de 30 millones de paquetes por día, una cantidad impensada para nosotros, y que, según le dijeron, se amortiza en ocho meses.
Al final del día, la logística no deja de resumirse en una persona que entrega un paquete. Nosotros estamos haciendo acuerdos, por ejemplo, con redes de farmacias y de estaciones de servicio, para hacer la entrega de HOP, y ya ingresamos en Uruguay.
Ya desde la década de los ‘90, Carlos Musante decía “mientras que los átomos no se conviertan en bits, habrá logística”. Y yo creo que nunca se convertirán en bits. Podemos estar frente a una nueva configuración de camión o de depósito, por ejemplo, pero siempre hay una persona que entrega un paquete.
Los negocios y los sistemas se reconfigurarán. No sé, por ejemplo, si las farmacias existirán dentro de cinco años o si serán reemplazadas por el e-commerce. Pero los distribuidores son los intermediarios; siempre tiene que haber alguien en el medio que arme los pedidos.
Me hace feliz el momento del planeta en el que estamos viviendo. Hoy tenemos la oportunidad de mejorar la calidad de vida de las personas. Si bien vivimos estresados, en los últimos 100 años, la calidad de vida mejoró mucho, incluida la expectativa de vida
Vea la entrevista completa a Fabián Yannone, presidente de ARLOG, en este enlace.