“El costo logístico se ha convertido en un tópico fundamental de diferentes actividades productivas en la Argentina, en general, desde un presupuesto que señala su incidencia desfavorable en la ecuación de los productores tanto de alimentos como de bienes”, señalan desde la Federación Argentina de Entidades Empresarias del Autotransporte de Cargas. Por eso, la entidad encargó al Instituto Argentino de Profesores Universitarios de Costos un estudio acerca del impacto fiscal sobre costos y tarifas en el autotransporte de cargas en Argentina.

La Dirección de Estudios de Costos Mesoeconómicos del IAPUCO fue la encargada de llevar adelante ese estudio, tarea que desarrolló a lo largo de casi seis meses.

Como resultado, se elaboró el Informe de Coyuntura, finalizado en el mes de junio de 2016 y revisado y revalidado en el seno de la Federación ante las 49 Cámaras que la componen.

El Informe analiza tres modelos:

  • Servicios de Larga Distancia (Modelo 1);
  • Servicios de Corta distancia – Distribución urbana (Modelo 2); y
  • Servicios combinados de Corta y Larga distancia (Modelo 3).

Sobre la base del promedio simple, FADEEAC elaboró un folleto, que refleja el peso del Estado y de los demás componentes que inciden en la tarifa final.

Si interesara analizar el impacto en el transporte de larga distancia, debe analizarse el modelo 1, donde si bien se reduce el impacto fiscal a un igualmente alto 37,3%, factores como el combustible adquieren una relevancia superior.

El modelo de distribución urbana es el que mayor impacto fiscal tiene con un 42,8%, teniendo entre sus principales rubros al costo de personal.

El modelo combinado de corta y larga distancia registra un impacto fiscal de 38,9%, con categorías que inciden de un modo parecido al promedio simple.

A los efectos de su difusión con carácter general, se ha optado por un promedio simple de los tres modelos, que permite demostrar con claridad el peso del Estado en la composición del flete: 39,7%  sobre la tarifa final con IVA.

Por su parte, el personal (23.8%) y combustible (9.5%), sumado a los impuestos (39.7%), alcanza el 73% de participación en el promedio simple de los tres modelos.

Por cada $1000 que se pagan de flete, el Estado se queda con casi $400 y el empresario transportista con $39, lo que representa que el Estado recibe con cada flete 10 veces más que el transportista.

Fuente: Federación Argentina de Entidades Empresarias del Autotransporte de Cargas.