Entrevista a Fernando Lía, coordinador de Eficiencia Energética en Transporte de la Subsecretaría de Ahorro y Eficiencia Energética, del Ministerio de Energía y Minería de la Nación Argentina
¿Qué se entiende por “eficiencia energética” en el sector del transporte?
Al igual que en todos los sectores y en todas las actividades, “eficiencia energética” significa obtener el mismo servicio o producir el mismo bien, utilizando menos energía. Al hablar de la iluminación de las casas, por ejemplo, no se espera que las personas estén a oscuras, sino que, con la misma prestación del servicio, puedan consumir menos energía.
En el área de transporte, “eficiencia energética” significa cumplir con el mismo servicio de transporte, tanto de personas como de bienes o materias primas, consumiendo menos combustible.
¿Por qué merece este tema la atención desde el Ministerio, siendo que la lógica indica que el transportista intenta usar la menor cantidad de combustible, para así generar un ahorro de dinero?
Durante los últimos años, el costo de la energía para el consumidor en la Argentina fue bastante menor respecto al actual, e influía poco en los gastos finales. Hay en nuestro país una cultura bastante pobre en lo que hace a eficiencia energética y ahorro de energía, y en lo que hace a valorizarla y cuánto nos cuesta obtenerla, no solo económicamente sino a los efectos de impactos sobre el ambiente.
“Transporte” es un sector que, a diferencia de la industria y otros sectores, está bastante poco profesionalizado y, si bien se preocupa por el costo del combustible, hay muchas oportunidades de mejora, a bajos costos de implementación y con un alto impacto. En la medida en que, en algunos cálculos, el impacto del combustible en los costos de transporte puede llegar a ser de 30-40%, un ahorro de 5-15% es importante. El impacto no es solo en la economía del transportista, sino en toda la cadena logística y en el producto final, y en la disminución de los impactos en el ambiente local, por la combustión de combustibles fósiles y la generación gases tóxicos y material particulado y de gases de efecto invernadero que afectan al cambio climático.
¿Como incide el sector transporte en el consumo de energía del país?
Tiene un impacto alto en Argentina. Es un poco más alto que la media a nivel mundial. Representa alrededor de 30%. También medimos y damos importancia a las emisiones de gases de efecto invernadero, porque tienen relación directa con la eficiencia energética: representan cerca del 15% del total. Si tenemos en cuenta que el 95% de todos los bienes, productos y materias primas es transportado por camión, vemos que el impacto en toda la cadena de valor es muy alto.
¿En el 30% se incluyen el transporte de cargas y de pasajeros?
El transporte en general. Si los subdividimos, encontramos una importancia similar entre vehículos livianos y pesados (30-40%), seguidos por los utilitarios (12-15%), el transporte de pasajeros (6%) y las motos (1-2%). Sobre esto, basamos nuestras políticas para poder abarcar los diferentes sectores.
Generalmente, hacemos hincapié en acciones en transporte pesado, porque si bien en la cantidad total de emisiones es similar a las de los vehículos livianos, estos últimos son más difíciles de abarcar. Cada uno de nosotros tiene su vehículo particular y es difícil llegar a capacitar a cada persona para que mejore su comportamiento respecto de la energía. Por el contrario, los responsables del transporte de cargas están normalmente agrupados por flotas de empresas y por cámaras empresarias o sectoriales, es decir que son menos individuos. Además, cada camión genera emisiones equivalentes a cuatro o cinco automóviles, pero se trata de un conductor contra cinco, por lo que en varios sentidos es provechoso trabajar sobre los camiones.
¿Cuándo inició la actividad de la Subsecretaría de Ahorro y Eficiencia Energética?
Empezó con el Gobierno Nacional en 2015, cuando la anterior Secretaría de Energía tomó jerarquía de Ministerio y se creó la Subsecretaría. Yo me uní a principios de 2016. Desde ahí, empezamos a trabajar y la Subsecretaría fue creciendo hasta ser hoy un área con 52 personas.
¿Sobre qué aspectos empezó a trabajar?
Inicialmente, el objetivo planteado fue empezar a investigar y a trabajar con las diferentes entidades, tanto del gobierno como del sector privado y de la academia, para no duplicar esfuerzos y para ver qué avances estaban haciendo. Además, planteamos determinados programas para cada sector y, después de casi dos años, estamos cumpliendo con la mayoría de ellos.
¿Acá se enmarcan algunos de los programas que desarrollaron junto con FADEEAC?
Comenzamos a trabajar con FADEEAC, ya que es un actor muy importante en lo que hace a la agrupación de las cámaras de transporte del país. Trabajamos en varios aspectos, como la inclusión de la conducción eficiente para la obtención de la Licencia Nacional Habilitante para los camioneros. Además, en las capacitaciones buscamos la concientización sobre la importancia del buen uso de los recursos, lo cual es justamente una gran falencia del sector –y de todos los sectores- en Argentina.
Junto con FADEEAC, brindamos charlas introductorias en materia de eficiencia energética, que llamamos “una introducción al ahorro de combustible”, para capacitar a los tomadores de decisión de las diferentes cámaras. Inicialmente, hicimos una para los 55 presidentes de las cámaras en el Consejo Federal de FADEEAC, y luego fuimos a cámaras en varias provincias, para dar estas capacitaciones a los miembros de las instituciones, propietarios de empresas, gerentes de mantenimiento y a todas las personas que toman decisiones específicas sobre este punto.
En esas capacitaciones abordamos la gestión eficiente de flotas, que incluye todos los aspectos que van desde la compra de la unidad para el uso, las tecnologías posibles y las buenas prácticas para la eficiencia energética. La más simple, que la mayoría de los profesionales conoce, son los deflectores aerodinámicos; pero algunas cámaras y empresas del interior no conocen el real impacto que tienen; algunos nos comentaron que los empezaron a utilizar por una cuestión visual o de aspecto. Por otro lado, nos centramos en la conducción eficiente porque es un aspecto que tiene mucha incidencia en el consumo final de combustible
Es extraño pensar que muchos transportistas son fanáticos de las carreras de autos y participan en ellas, pero ignoran el efecto de un alerón sobre una cabina, por ejemplo…
Sí. Recibimos comentarios hasta de empresas grandes. Algunas hicieron sus propias pruebas de forma amateur y simplemente necesitaban confirmar si servía o no, pero la gran mayoría se dio cuenta del impacto que produce. Y para eso, empezamos a trabajar en conjunto con Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sustentable, con el Ministerio de Transporte, con FADEEAC, la Asociación de Fábricas de Automotores (ADEFA), con algunas automotrices y empresas privadas del sector, en la validación de estas tecnologías.
En todo el mundo, existen estos programas que fomentan el uso de estas tecnologías mediante información clara y concisa. Al igual que ocurre en múltiples ambientes, cuando aparece un producto nuevo e innovador, por un lado, el vendedor aumenta sus beneficios, y por el otro lado, el usuario final descree de eso. Entonces, si un proveedor le dice que el deflector puede producir un ahorro de 20% de combustible, el usuario final no sabe si ahorra 1-2%.
Como Gobierno, estamos trabajando en una misma línea, pero que tiene dos extremos. Por un lado, estamos trabajando en una mesa en el IRAM, con la idea de generar y adaptar una norma ya existente americana, que permita contar con un protocolo de ensayo para realizar pruebas controladas en campo, para determinar el impacto exacto que tienen determinadas tecnologías de eficiencia. En este caso, trabajamos con camiones equipados exactamente iguales, se hacen pruebas de emisiones de consumo y, después, se modifica uno de los camiones para ver cuál fue la diferencia de consumo. Al camión blanco de control le afectarán todos los mismos parámetros de meteorología, de viento, de tráfico, etcétera, menos el de deflector aerodinámico.
¿Esa es la prueba que se realizó a fines de 2017?
Sí. Hicimos una prueba en tres meses diferentes. Fue una prueba inicial que nos servía para alimentar la adaptación de esta norma y para probar la interacción. Trabajamos con el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sustentable, con el Ministerio de Transporte, con FADEEAC -que nos cedió el predio y desde ahí comenzaron las pruebas por la ruta Panamericana hacia Rosario-, y ADEFA, que con Scania, Andreani y FADEEAC nos cedieron camiones y semirremolques.
Esto nos sirvió para darnos información que nos sirva para la normativa y para probar entre nosotros las dificultades y barreras que vamos a tener. El otro extremo de esta validación de tecnologías la cuantificación de los impactos de las medidas de eficiencia.
Estamos trabajando con el ITBA para implementar un protocolo similar, adaptado a la operación de las empresas. Es decir, para medir el impacto de la adopción de tecnología o buenas prácticas durante la operación de las empresas. Para ello, debemos aislar o minimizar las otras variables que influyen en el consumo, para identificar el consumo real o la variación en el consumo relativo específicamente para la medida dispuesta. Hay que conseguir camiones similares, que hagan siempre el mismo recorrido y con la misma carga, para así minimizar las variaciones de consumo externas.
¿Qué otras cosas se pueden hacer con los camiones?
Hay muchas cosas. Con ambiente y cambio climático, la eficiencia energética tiene una relación directa. Uno analiza y selecciona las medidas, analizando todas las oportunidades de mejora y viendo cuál es el costo de cada una y cuál es el impacto. El sector de transporte en Argentina y en todos los países en desarrollo es bastante ineficiente. Hay muchas oportunidades de mejora, a muy bajo costo y con un alto impacto.
El otro aspecto sobre el que nosotros trabajamos desde el inicio, y a manera global, no sólo en transporte pesado sino también en transporte liviano, es la conducción eficiente, económica y racional, que tiene un impacto enorme en el consumo de combustible. Por eso, necesitamos generar una conciencia y una cultura que considere estos puntos, y estamos trabajando con la inclusión normativa de la conducción eficiente en todas las licencias de conducir a obtener.
Estamos trabajando con la CNRT, para pesados y cargas peligrosas, y hemos incluido núcleos de aprendizaje prioritario. La conducción eficiente se consolida como un módulo, que es parte de la información que se brinda y que es necesario conocer para obtener la Licencia Nacional Habilitante para camiones. Al mismo tiempo, trabajamos con la Agencia Nacional de Seguridad Vial, que apunta a todos los restantes transportes y para todos los usuarios de vehículos livianos.
En ambos casos, más allá de la inclusión normativa, trabajamos con las entidades e instituciones que dan estos cursos, para que incluyan el módulo de conducción eficiente. Trabajamos con ellos, asistimos a charlas y brindamos contenidos.
¿Qué estrategia tiene la conducción eficiente para que requiera ser enseñada?
No tiene misterios. Posiblemente, los conductores ya conozcan varias cosas, salvo algunas técnicas. Conducción eficiente significa conducir ahorrando combustible, y esto se cruza en muchos aspectos con la conducción segura.
Si cuando una persona planifica el viaje, realiza un buen mantenimiento del vehículo, -que incluye cambios de filtros, impresión adecuada en los neumáticos, por ejemplo- maneja en la velocidad adecuada, maneja con anticipación, reduce el ralentí al máximo – históricamente, el motor se dejaba encendido por los problemas que generaba en la bomba de inyección; hoy, ya no. Por el contrario, un vehículo que permanece tres minutos detenido es perjudicial para el motor. Si se maneja en la marcha más alta posible y efectúa los cambios en revoluciones bajas, por ejemplo, logrará reducir el consumo de combustible. Además, hay pequeñas cosas específicas que contribuyen, como el modo de utilizar el freno motor en los camiones.
En un ensayo muy simple que realizamos con un vehículo particular en un circuito, quedó en evidencia que entre la conducción agresiva y la conducción eficiente había una diferencia de 30% de ahorro de combustible.
¿Desarrollaron manuales o brindan acceso a materiales?
Junto con la organización de los talleres y de las capacitaciones que brindamos con FADEEAC, desarrollamos una guía de gestión eficiente para el transporte automotor de cargas en Argentina. Esta guía, que está disponible en la página web del Ministerio de Energía y Minería (www.minem.gob.ar/ee/materialdereferencia), se basa en los principios que trabajamos en las capacitaciones en gestión eficiente de la flota en general, en conducción eficiente y en tecnologías, e introduce los impactos ambientales del transporte y los motivos por los que trabajamos sobre estas políticas.
En algunos países de América Latina, hay proyectos de etiquetado para conocer el grado de eficiencia energética del producto. ¿Cómo funciona eso en materia automotriz?
Desde hace dos años, trabajamos con el IRAM, en conjunto con el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sustentable, con ADEFA y Sidor -los fabricantes e importadores de vehículos- en el etiquetado.
El etiquetado de eficiencia energética vehicular será obligatorio para las categorías N1 y M1: vehículos livianos para pasajeros y cargas hasta 3500 kilos.
El concepto es igual al utilizado en diferentes etiquetados que llevamos desde la Subsecretaría. Supone dar al consumidor información respecto del consumo de ese bien que está adquiriendo, para poder compararlo con otros. El objetivo es que el consumo de combustible forme parte de las variables que una persona evalúa al momento de elegir un vehículo, al igual que el capital con el cual cuenta y el uso que le dará, entre otras.
¿A partir de determinado año las automotrices deberán ofrecer esa información?
Sí. Rige para vehículos nuevos. Ya salió la norma IRAM que define la metodología por la cual se determina el consumo de combustible y la emisión de CO2 en los vehículos. Se hizo una requisitoria a todas las automotrices para que comuniquen mediante declaración jurada el consumo de los vehículos que están comercializando. Con esa información, definiremos las categorías y las bandas de la etiqueta.
A partir de este año, las automotrices empiezan a informar mediante los protocolos, las certificaciones y los ensayos homologados. Cada nuevo vehículo que se quiera comercializar, cuando ya disponga de la licencia de confirmación de modelo, la autorización de la parte de Seguridad Vial del INTI y de la parte ambiental, será también sujeto a estos ensayos.
¿Y cómo funcionará este sistema para las categorías de camiones y vehículos de carga?
En el mundo, esto es complejo. Los camiones y los tractores tienen muchas configuraciones que varían el consumo y, además, la carga que llevan y otras cuestiones inherentes a cada sector y a cada trabajo que realizan influyen mucho. Muy pocos países realizan el etiquetado, mediante pruebas en dinamómetro de los camiones.
Ahora, como parte de la presidencia argentina del G20, se está trabajando en la Alianza Internacional para la Cooperación en Eficiencia Energética (IPEEC), que genera políticas de eficiencia energética para el G20. Dentro de ese ámbito, trabajamos en el grupo de trabajo de transporte, liderado por la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos y por Europa, y comenzamos a desarrollar softwares, uno americano y otro europeo, de simulación de estas condiciones para generar el etiquetado. Estos softwares reciben el input de muchos ensayos que se realizan sobre las partes del camión y, con esa configuración de camión, se simula un etiquetado sobre el consumo. Esto es complejo y llevará tiempo, pero ya estamos trabajando en ello. Argentina, junto con India y Brasil, será uno de los países que se ocupará de la implementación en un trabajo en detalle.
¿Cómo es la relación con otros sectores vinculados al transporte?
Para este año, programamos algunos proyectos sectoriales, porque la problemática de cada sector en el transporte es diferente. El sector cerealero no tiene la misma problemática que el sector de la construcción, el de la distribución urbana o el portuario.
Empezamos a trabajar en un proyecto piloto con flotas gubernamentales del Ministerio: son 45 vehículos en los cuales hicimos un diagnóstico de los recorridos y del consumo real y la forma de conducir. Hicimos luego una comparativa con los consumos informados por los fabricantes y brindamos una capacitación en conducción segura y eficiente, para evaluar la variación en el consumo. Bridaremos también capacitaciones en gestión de combustibles y de recorridos. Esto será aplicable a otras flotas gubernamentales.
Por otro lado, nos interesa trabajar con los grandes sectores. Uno de los mayores sectores con problemáticas específicas es el sector cerealero: en cada cosecha mueve gran parte del transporte en Argentina y utiliza muchos transportes regionales y menos controlados por la CNRT; utiliza la parte más vieja del parque automotor y, por lo tanto, más contaminante. Además, tiene problemáticas específicas: la carga y descarga de los cereales en las playas, en las que el ralentí genera no solo consumo de combustible, sino también generación de gases tóxicos y material particulado, que genera problemáticas con las ciudades cercanas.
Esas problemáticas, en conjunto con otras formas de operación, son posibles de encarar con el sector. Tenemos relación con el sector cerealero, estamos también trabajando con el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), que está encarando algunas experiencias y midiendo el consumo y la huella de carbono, porque muchos actores de este sector, en la medida en que son exportadores, deben cumplir con requisitos de Europa o de los mercados a los que exportan.
Escuche la entrevista a Fernando Lía, coordinador de Eficiencia Energética en Transporte de la Subsecretaría de Ahorro y Eficiencia Energética, del Ministerio de Energía y Minería, en el programa de radio 560 de Hablemos de Logística. https://webpicking.com/hablemos-logistica-560-del-16012018/
Realizado por Webpicking en febrero 2018