Jorge Tesler, consultor en logística y supply chain con más de 40 años de experiencia en la Argentina, España y otros países, rememora cómo fue la instalación de los conceptos logísticos en el mercado argentino, su evolución y la irrupción de los conceptos de la sustentabilidad en la actividad. Evalúa y compara al sector en el país y en Latinoamérica en el pasado y en el presente, y ofrece algunas estrategias que deberían seguir quienes recién ingresan en el ejercicio de la consultoría logística.
¿Dónde estaba en el año 1999?
Estaba en Madrid, trabajando para Andersen Consulting, hoy Accenture. Fue una época muy interesante y muy activa en la promoción de la logística. En la década de los ‘90, por ejemplo, se creó ARLOG, impulsada por profesionales del sector.
Fue una época muy intensa de actividades, de capacitación y de divulgación. El objetivo era poner el tema logístico en la mesa de los números uno, de los dueños de compañías, de accionistas y de directores. En esa línea, hacia 1995, se hizo la primera exposición de logística y había mucha gente interesada en participar. Pero luego, con la crisis de 2001, se inició otra etapa.
En ese momento, ¿cuál era su expectativa en torno de la actividad?
Tuve la suerte de haber vivido fuera del país durante cuatro años, lo cual me dio una perspectiva internacional. Y a partir de ella, mi expectativa era que la logística tenía que desarrollarse y profesionalizarse.
Personalmente, impulsé algunas iniciativas de promoción de cuestiones logísticas, de infraestructura, de procesos y de prácticas, tratando de agilizar esta etapa de maduración. Mi expectativa era que íbamos a seguir la tendencia que se veía en Europa y en Estados Unidos.
¿Cómo siguió su carrera, pasada la crisis económica?
Pasé la crisis en Madrid, trabajando en consultoría logística, pero seguí muy de cerca la evolución argentina. Cuando regresé en 2005, fui un gran promotor del concepto de plataformas y centros logísticos multicliente, que había visto muy de cerca en Europa. Hoy ya está probado que es parte de un modelo de abastecimiento.
Pasada la crisis, volvimos a tener una actividad muy intensiva, ya no tanto de divulgación, sino de profesionalización. Empezamos a tener más facilidades de acceso a eventos que permitían generar una red de contactos profesionales más fuerte, inclusive en el sector académico.
Durante 11 años me desempeñé en el ITBA, como director de la escuela de posgrado de la Especialización en Logística Integrada. También fue una etapa de conocimiento a través de viajes organizados por las compañías más importantes del país. Para esa época, organicé incluso un study tour a España e Inglaterra: fue la primera vez que varios operadores logísticos salían de Argentina para ver qué hacían sus colegas en el extranjero.
Años más tarde, aparece la sustentabilidad como un factor de negocio…
Sí, muy lentamente. Empecé a promocionar la temática mientras estaba a cargo de la Especialización de Logística en el ITBA, y creé el Observatorio de Logística y Sustentabilidad. Nos costaba bastante convocar a los profesionales, para fomentar el intercambio de conocimiento. Hubiera querido que la velocidad de maduración y de divulgación fuese más rápida, pero es la que el país nos ha permitido, por diferentes circunstancias. Hoy estamos en una curva de crecimiento razonable.
Actualmente, participo en el Consejo Asesor del Smart Flight Center, una organización europea que promueve, desarrolla, trabaja y capacita en materia de reducción de emisiones en el transporte de cargas. Y veo que esta es una tendencia que iremos adquiriendo, en la medida que tengamos mayor estabilidad económica y seguridad en las inversiones.
¿Argentina permanece como un faro del conocimiento logístico en el continente?
Lamentablemente nos hemos quedado. A pesar de la relativa facilidad de acceso a cuestiones de tecnología y de infraestructura que hubo en el mundo por diferentes motivos, Argentina se ha quedado. No somos faro hoy, no somos observados por el segmento logístico de la región.
Hoy estamos siguiendo a Brasil, a Chile y a Colombia en algunos aspectos. No obstante, aún somos fuertes en la formación básica de profesionales. Creo que recuperaremos esa posición, en la medida que consigamos estabilidad.
En las conferencias de América Latina y de Europa, las temátias son similares. No hay un desconocimiento por parte de los profesionales, sino una falta de puesta en marcha. La flexibilidad que tenemos como argentinos para paliar las situaciones de crisis nos da una cintura y una mano muy rápida para retomar la posición que antes teníamos.
¿Es más una cuestión de recursos económicos que una cuestión del saber?
Sí, definitivamente es una cuestión de recursos económicos, de ver un poco el horizonte de mediano plazo. Las inversiones a mediano y largo plazo deben ser sustentadas con estabilidad económica y política, y eso es lo que nos falta. En materia de transpore, hubo mayores avances, porque las inversiones pueden ser amortizadas más rápidamente:
Veo que hay empresas que están empezando a mirar en el mediano plazo, la competitividad, la eficiencia y los costos. Es que los elevados niveles de inflación han tapado un montón de ineficiencias y tendríamos que volver a las bases.
¿En qué debería pensar un consultor que esté iniciando su carrera en la consultoría logística hoy?
Tendría que pensar cómo agilizar el conocimiento y la experiencia. Porque en el fondo, la calidad de un asesor en cualquiera de las ramas, viene del paso del tiempo y las experiencias que ha podido tener en distintos ambientes, en distintos ámbitos, en distintas situaciones.
Las pymes son las más necesitadas de ayuda, de todo tipo: no solamente de asistencia, sino también de capacitación y financiamiento.
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