Diego Bertezzolo, cofundador y CEO en Avancargo, analiza la evolución de la empresa desde marketplace a operador logístico con foco en diferentes rubros, como minería y petrolífero, apoyado en la base de transportistas abonados al servicio que ofrece. Además puntualiza el desarrollo de software TMS para terceros.
¿Cómo describiría la evolución de Avancargo?
En 2017, empezamos a volcar teoría en el proyecto. Somos una empresa de tecnología enfocada en la logística, que no sólo construye tecnología para el sector, sino que también opera y se involucra en operaciones de transporte terrestre.
Al igual que otras empresas, nacimos tras detectar la existencia de un mercado ineficiente, en el que había una falta de conexión entre la oferta y la demanda se traducía como una oportunidad de mejora. Entendíamos que a través de la tecnología teníamos la oportunidad de construir redes que ayudaran al encuentro entre ambas partes.
Inicialmente, pensamos un modelo marketplace, en el que la oferta y la demanda se encontrarán de manera independiente y pudieran vincularse. Rápidamente, encontramos que era muy difícil que esto se concretara de manera fluida, por diversas barreras que hacen a la industria, como cuestiones de confianza, de riesgo financiero, o de procesos. Todo gran dador de carga tiene que pasar por procesos de aprobación de proveedores y de alta de documentos, entre otros, que hacen imposible un modelo así marketplace tan libre o automático.
Sobre esta base, Avancargo fue reperfilando el modelo comercial y nos convertimos en un operador 3PL. Con el mismo objetivo de sanear estos problemas, nos convertimos en un eslabón dentro de la cadena y empezamos a prestar servicios de transporte a grandes dadores de carga, contratando a pequeños y medianos transportistas.
Este modelo fue muy exitoso y hoy se constituye en nuestro principal negocio. Sin embargo, en el camino también empezamos a registrar que había otras oportunidades ligadas a la tecnología.
A medida que pasó el tiempo, entre 2018 y 2021, construimos un producto que fue escalando, que nos permitía operar a gran escala con gran cantidad de empresas de transporte y de dadores de carga, con un amplio volumen de viajes. Y en 2022, finalmente, definimos una nueva línea a explotar: la comercialización de tecnología TMS (transport management system).
¿Cuál es el objetivo para este año?
El objetivo de este año es sumar a la plataforma a quienes consideramos que más provecho pueden sacar a la plataforma: los pequeños y los medianos transportistas. Se trata de empresas que tienen alrededor de cuatro camiones y con una pequeña organización, que ya se encontraron contra una pared, que si no se administran correctamente, pierden negocios.
También existe un mundo muy grande de cuentapropistas, de dueños del camión, con quienes trabajamos con otro tipo de soluciones más sencillas, y con quienes nos vinculamos mediante el modelo On Demand. Cuando hablamos de tecnología con ellos, todavía tenemos que mostrarles los beneficios, para que adopten otras herramientas.
¿Qué rol asumió Avancargo en actividades vinculadas a Vaca Muerta y a la minería?
El desembarco en el campo del petróleo fue una gran novedad. Empezamos a operar con vistas en el negocio de los camiones cisternas. Esta es una industria muy desafiante, por los niveles de servicio que exige. La vara está alta, pero no deja de haber oportunidades de cuestiones de optimización operativa y de fiscalización.
En este ámbito, lidiamos con procesos más pesados, con análisis de los dadores de carga mucho más profundos, y donde un error tiene un costo muy alto. Esto nos obliga a trabajar en red, a estar sobredimensionado y a hacer un triple check con los proveedores sobre cómo operan y sobre cuáles son sus disponibilidades.
Por otro lado, en la minería, particularmente de litio, identificamos una industria similar a la de Vaca Muerta una década atrás. Las compañías están empezando a entender cómo es esta logística, porque no hay antecedentes. La minería tiene además una complejidad extra: el terreno. Las compañías operan a 4.000 metros de altura, con caminos complicados y expuestos a la cuestión climática.
¿Qué relación tienen con entidades y fondos inversores?
En 2021 recibimos apoyo del BID para un proyecto regional, por el que nos vinculamos con una startup de Corea. Esto devino en otras colaboraciones y hoy nos asociamos con ellos. Tenemos una empresa conjunta en Uruguay, con un foco distinto: la construcción de nuevas soluciones para la logística.
Básicamente, detectamos que más allá de lo que nosotros podemos construir como producto, de lo que nosotros podemos construir como servicio, el crisol de necesidades es muy amplio, tanto de nuevos productos como de integraciones, sobre todo en empresas grandes que ya tienen parte de los procesos resueltos, pero que necesitan enchufarlos con otros o generar ciertas vinculaciones.
A su vez, entendimos que había una necesidad que podíamos abordar, pero que no tenía relación con la actividad de Avancargo. Por ello, consideramos que era necesaria una nueva organización. Desde Corea tenemos un apoyo muy fuerte para el desarrollo de tecnología y para la ingeniería de proyectos. La empresa opera en el sudeste asiático, pero encuentra los mismos problemas que en Argentina, como dificultades en la comunicación y en el uso de tecnología.
¿Cómo combinan dos planetas tan diferentes, como lo son la logística y la tecnología?
Hay una frase muy conocida en el mundo de las startup: enamorarse del problema, enamorarse del dolor. La solución no pasa por la tecnología en sí, sino por entender dónde están los problemas y cuáles pueden ser resueltos con procesos tecnológicos.
No somos una empresa de deetpech -de tecnología profunda- y no estamos en la frontera de la innovación, porque el problema no pasa por ahí. El problema pasa por cómo integramos soluciones que funcionan en otros ámbitos para sectores verticales que están muy poco digitalizados.
¿Qué ejemplos podría brindarnos?
El principal cuello de botella que tiene hoy cualquier operación logística es la fiscalización, el famoso due diligence. ¿Cómo logra una empresa que todos sus cientos de transportes con sus miles de camiones estén al día?
Hace alrededor de seis años, nosotros empezamos a automatizar estos procesos, a vincularnos con APIs oficiales, con la Comisión Nacional de Regulación del Transporte, con el Banco Central, y con AFIP. Hoy tenemos el 60% del proceso automatizado y estamos trabajando sobre el 40% restante.
¿Qué implica el uso de la inteligencia artificial?
Implica un proceso automático de lectura de documentos no lineales, que una empresa pueda enviar un documento de pago con el sello de un seguro y que otra empresa, mediante un proceso de inteligencia artificial, prevalidado con 10.000 documentos, identifique si el archivo es correcto. La IA permite escalar procesos que hoy llevan días, Cuando la tecnología da en el clavo, esta empieza a resolver dolores de la industria.
A un dador de carga que realiza cerca de 7.000 viajes por mes, el proceso de fiscalización puede llevarle tres días por unidad. En tanto, mediante la tecnología, puede resolverlo en segundos. Es clave que la solución sea de utilidad para todos los actores involucrados.
¿Qué cantidad de viajes administra hoy Avancargo?
La cantidad depende de cada mes, dado que tenemos estacionalidad por el agro, por el petróleo y por la minería, que son nuestras tres principales industrias. Sin embargo, la cantidad ronda entre 7.000 y 10.000 viajes mensuales.
Vea la entrevista en video a Diego Bertezzolo, cofundador y CEO en Avancargo, en este enlace. https://webpicking.com/hablemos-de-logistica-842-avancargo-de-market-place-de-transporte-a-operador-logistico/