La Asociación Argentina de Logística Empresaria (ARLOG) llevó a cabo su tercer desayuno del año, el jueves 24 de junio. Durante la jornada, abordó el escenario de los costos logísticos, con una economía golpeada por los efectos de la pandemia y con necesidad de reactivación.
En el encuentro, disertaron Emilio Felcman, director del Departamento de Estudios Económicos y Costos de la Federación Argentina de Entidades Empresarias del Autotransporte de Cargas (FADEEAC), y Carlos Musante, director técnico de la Cámara Empresaria de Operadores Logísticos (CEDOL).
Felcman señaló que, con el décimo aumento consecutivo del gasoil, los costos para transportar mercadería en la Argentina ya treparon 26% entre enero y mayo. El dato surge del Índice de Costos del Transporte de la Federación Argentina de Entidades Empresarias del Autotransporte de Cargas (Fadeeac), y coincide con lo que muestra el Índice de Costos Logísticos Nacionales de CEDOL.
De acuerdo con Felcman, en mayo, los costos volvieron a aumentar (se registró un incremento de 3,16%), y con ese resultado, si se miden los últimos 12 meses, transportar mercadería por camión fue un 55,6% más caro que el año pasado. E indicó que, como ocurre desde agosto de 2020, la mayoría de los rubros presentaron subas.
En primer lugar, el combustible. El gasoil volvió a aumentar en mayo (5,22%). Se trata del décimo ajuste consecutivo desde agosto de 2020 tanto en los segmentos mayorista como minorista. Con la última suba, el aumento promedio del gasoil alcanzó en los primeros cinco meses del año un 38%, tras haberse incrementado 45,5% en 2019 y 77% en 2018.
Otro de los insumos que tuvo un aumento importante fue el lubricante, que trepó 4,5% tras fuertes ajustes en marzo y abril, con lo que alcanza el 46% en el transcurso del año. También se registraron incrementos sobre todo en neumáticos (6,68%), seguros (3%) y, en menor medida, material rodante (0,86%) y reparaciones (0,72%), en un marco de minidevaluaciones del tipo de cambio oficial y la continuidad de restricciones cambiarias y de importaciones.
Si bien el número de mayo marca el menor aumento del año, los valores registrados representan un alto impacto en las finanzas del sector, en un contexto económico inflacionario de importante aceleración, a partir de la segunda mitad de 2020. De todos modos, el directivo de Fadeeac destacó que “se presenta la perspectiva de una progresiva recuperación económica en 2022, debido a la excelente coyuntura del sector agropecuario y a un importante crecimiento de la industria de la construcción, entre los sectores que muestran mayor dinamismo”.
En segundo lugar, Carlos Musante, se refirió a las maneras de enfrentar los costos logísticos y mejorar la competitividad. En principio, se refirió al índice que elabora la Universidad Tecnológica Nacional (UTN) a través de su Centro Tecnológico de Transporte, Tránsito y Seguridad Vial (C3T), para la Cámara Empresaria de Operadores Logísticos, que mostró los siguientes resultados para los acumulados de los últimos 12 meses:
- CEDOL Con Costos de Transporte: 53,47%
- CEDOL Sin Costos de Transporte: 38,80%
- Distribución Urbana Con Acompañante: 38,65%
- Distribución Urbana Sin Acompañante: 41,91%
El resumen de Musante indicó que se presenta un preocupante avance en los valores de los componentes de costos, que permiten pronosticar un año con subas significativas para la actividad del transporte y la logística. Con este ritmo de aumentos, la situación se vuelve muy compleja para las empresas del sector al momento de administrar la totalidad de estos costos.
Además, destacó que, durante prácticamente todo el 2020 y lo que va del 2021, las empresas de logística trabajaron con capacidad ociosa por debajo de los márgenes operativos habituales en el sector (almacenes, equipamiento, vehículos, automatizaciones, metros cuadrados, etc.), lo que también provoca otros elevados costos de improductividad.
Como respuesta, el director técnico de CEDOL señaló que el manejo de costos en forma eficiente y eficaz se logra: conociendo los costos y midiéndolos, al igual que los flujos y los niveles de servicio asociados y la estructura e infraestructura para las operaciones.
Además, enumeró los elementos que permiten ganar productividad y competitividad:
- la eficiencia y eficacia de los gobiernos y los privados trabajando en equipo;
- la infraestructura y estructura logística;
- el estado de innovación permanente y el conocimiento aplicado;
- la existencia de modos en competencia y su transformación en complementarios;
- la eliminación de costos ocultos o generadores de improductividades;
- la flexibilidad en leyes laborales y la actividad sindical, profesional y empresarial;
- las inversiones en tecnología;
- la política monetaria y fiscal
- la existencia de un presupuesto de largo plazo que dé transparencia a las inversiones.
También instó al mayor uso de herramientas para el incremento de la productividad como Six Sigma, Lean Thinking, reingeniería, benchmarking y vehículos de mayor porte (escalables-bitrenes). Para concluir manifestó: “Mientras esta turbulencia pase, hay que comenzar a hablar de productividad, mejora continua e innovación y no sólo de costos. Para ganar productividad se necesitarán acciones tanto de los Estados como de la actividad privada en forma conjunta”.