“Argentina puede ser un país exportador de valor agregado”. Así lo afirmó Dévora Dorensztein, directora de Red Alimentaria, organizadora de la V Jornada de Alimentos en Tecno Fidta 2024. De acuerdo con la ejecutiva, la Argentina debe atravesar un cambio de rumbo para redefinirse en el contexto del comercio agroalimentario mundial.

Así lo expresó en la siguiente columna:

Lo que diferencia un perfil exportador agrícola-ganadero de uno exportador de alimentos para el mundo es la inversión en tecnología y la adaptación a las tendencias con inteligencia artificial en la industria alimentaria. Argentina es un país con una rica tradición agrícola y ganadera, y está en una posición privilegiada para expandir su presencia en los mercados internacionales de alimentos.

¿Qué se necesita? El salto tecnológico para llevar la calidad de nuestras materias primas a una cadena de valor robusta, con estrategias claras y acción coordinada, para lograr valor agregado. La inversión en tecnología de procesamiento mejora la calidad y extiende la vida útil de los productos, facilitando su llegada a mercados lejanos, esa es la clave del éxito.

En el último año, Argentina exportó productos agrícolas por un valor de 45.200 millones de dólares, representando el 60% del total de exportaciones del país. Además, la inversión en infraestructura logística para la mejora de puertos y sistemas de almacenamiento ascendió a aproximadamente 3.500 millones de dólares. Este camino de transformación debe continuar para establecernos como exportadores de productos que respondan a las tendencias actuales, ya que contamos con una industria de procesamiento de alimentos que responde a los más altos estándares internaciones.

Para generar una cadena de suministro eficiente, vital para reducir costos y mejorar la competitividad de nuestra producción en el mundo, es importante apostar por el desarrollo y ser parte de la actualización de las técnicas y las herramientas que existen para ello. En espacios como Tecno Fidta 2024 se puede conocer lo que está pasando en el mundo en materia de maquinarias y desarrollo tecnológico, como la incorporación de la Inteligencia Artificial para producir más y con mayor calidad.

Como parte de una cadena de valor competitiva, también es indispensable ofrecer seguridad y transparencia desde el origen de las materias primas, que motive la confianza de los consumidores y los socios comerciales internacionales. Y cuando hablamos de trazabilidad, no solo nos referimos a las métricas ambientales. Un valor añadido que los consumidores valoran cada vez más la sostenibilidad y la responsabilidad social. En 2024, el 75% de los consumidores europeos se muestra dispuesto a pagar más por productos sostenibles.

En este sentido, la trazabilidad a campo es la estrategia, porque se ha convertido en un requisito indispensable en los mercados internacionales. Demostrar las prácticas agrícolas sostenibles y políticas de responsabilidad social utilizando tecnología Blockchain para registrar cada paso del proceso productivo, desde la siembra hasta el punto de venta, mejora la reputación de las empresas y atrae a un segmento de mercado creciente que prioriza el impacto ambiental y social de sus compras.

Con una estrategia que combine innovación, trazabilidad, blockchain, marketing, acuerdos comerciales, infraestructura y sostenibilidad, el país puede mantener su presencia en los mercados internacionales y conquistar nuevos territorios.

Es hora de aprovechar estas oportunidades y consolidar a Argentina como un líder global en la exportación de alimentos de alta calidad.