El Banco Interamericano de Desarrollo presentó el documento “Ampliación del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México: Un megaproyecto orgánico”.

De acuerdo con el informe, los megaproyectos se caracterizan por ser fenómenos orgánicos que co-evolucionan con su contexto, y sufren así una transformación continua en términos de metas y objetivos.

En esta clase de proyectos, el clásico modo de gobierno, que surge de la búsqueda de eficiencias en todo el proceso, suele impedir la necesaria adopción del foco en iniciativas de cambio estratégicas, que responda al cambio de objetivos. El desafío que tradicionalmente se presenta en la literatura de megaproyectos, es el de buscar un equilibrio entre ejecutar rutinas planificadas y promover la innovación, debido a que el cambio es parte intrínseca de su contexto. Sin embargo, la capacidad de adaptarse a las nuevas realidades, como valor fundamental para el éxito, no debe implicar un descuido en la búsqueda de eficiencias. Por eso, para atender a este dilema, es especialmente relevante la creación y adopción de capacidades dinámicas en el gobierno de megaproyectos.

El proceso de desarrollo a partir del cual se genera la ampliación del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, en el marco de la generación de un Sistema Metropolitano Aeroportuario, es útil para ilustrar cómo los objetivos y naturaleza de un megaproyecto pueden variar sustantivamente en el tiempo. 

Este caso revela la importancia de que el equipo de gestión se prepare para ajustar la toma de decisiones a los nuevos escenarios que se van sucediendo al momento de planificar, evaluar, estructurar, implementar y operar el proyecto. Es útil para mostrar las ventajas de contar con capacidades dinámicas para afrontar un contexto de alta incertidumbre.

Fuente: Banco Interamericano de Desarrollo.