El Banco Interamericano de Desarrollo presentó el informe “América Latina y el Caribe 2030: Escenarios futuros”, con el objetivo de centrar la atención en el largo plazo e impulsar orientaciones políticas que lleven a la región en la dirección correcta.

La previsión estratégica es fundamental para mover un país o una región en la dirección correcta. Los líderes de casi todas partes del mundo están abrumados por los acontecimientos, Y concentran su atención en el presente más que en el largo plazo. En América Latina y el Caribe, la situación no es diferente.

En un momento de profundas transformaciones regionales y globales, el presente  es hora de aprovechar las orientaciones políticas que más probablemente lleven a la región en la dirección correcta. Si bien América Latina y el Caribe tiene muchos desafíos, a través de la previsión y la estrategia podría impulsar su posición en el mundo -como lo ha hecho ya Asia.

Esta publicación apunta a hacer justamente eso. América Latina ha logrado progresos económicos y políticos increíbles en la última década. El auge prolongado de los commodities en los años 2000 alimentó tasas de crecimiento más altas que el promedio de la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) y generó una drástica caída en la tasa de pobreza y una enorme explosión de la clase media.

Hoy, 288 millones, o una de cada tres personas, se consideran de clase media. Al mismo tiempo, con algunas excepciones notables, las instituciones democráticas son más fuertes, con el sufragio universal y elecciones regulares. La pregunta clave para el futuro es si la región puede mantener el impulso, particularmente con el crecimiento lento de China. El final del boom de las materias primas puso de manifiesto los problemas estructurales subyacentes en América Latina y el Caribe.

Se pusieron al descubierto preocupaciones fiscales e institucionales, así como otras cuestiones sociales y económicas. No sólo los próximos quince años nos obligan a resolver los problemas que persisten desde mediados de la adolescencia, sino que se debe trazar una nueva dirección para que la región pueda maximizar sus ventajas inherentes y competir mejor en un mundo que cambia rápidamente.

Fuente: Banco Interamericano de Desarrollo.