Las exportaciones peruanas sumaron US$ 3,060 millones en enero, lo que representó una crecimiento de 26.3%. Sin embargo, llama la atención el declive de los despachos industriales, que pasaron de representar el 56% de las no tradicionales en el 2012 a solo el 41% el año pasado, informó la Asociación de Exportadores (ADEX).

Al respecto, el presidente del gremio exportador, Juan Varilias Velásquez, enfatizó la necesidad de impulsar una política industrial de largo plazo para aportar a la recuperación de los subsectores industriales y potenciarlos de tal forma que sean los motores de la economía nacional.

“Entre el 2012 y 2016, la exportación manufacturera descendió de US$ 6 mil 225 millones a US$ 4 mil 419 millones, acumulando un retroceso de 29%. Asimismo, su representatividad dentro de las no tradicionales pasaron 56% a 41% (2012 y 2016, respectivamente), en una clara evidencia de pérdida de peso de un sector que, en su momento, fue el pionero de las exportaciones no tradicionales”, dijo.

Agregó que hoy, en medio de una globalización casi total, no se puede confiar solamente en lo que el empresario pueda hacer, sino que es muy importante el papel que cumplen los países mediante sus políticas de industrialización. “En el mundo no solo compiten las empresas, sino también los países”, opinó.

“Una hilandera peruana no compite solo con la hilandera de la India, enfrenta a un gobierno hindú que construye un gigantesco parque industrial y le otorga fuertes incentivos tributarios. Una empresa de cosméticos nacional no solo compite con su par colombiana, también lo hace con la política de atracción de inversiones (de ese país) que diseña un conjunto de incentivos a la medida para instalarse en su territorio. Un confeccionista peruano compite con su par centroamericano que opera en una zona franca”, comentó.

Recuperando posiciones

Varilias indicó que si se revisan los últimos 15 años, no se encontrará una política industrial sostenida. “En ese periodo hemos tenido 15 ministros de la producción, con período de gestión promedio de un año”, dijo.

Felizmente, continuó, hay una reacción positiva del ministro Bruno Giuffra, que ha decidido trabajar de cerca con los empresarios. “Esperamos que de esas reuniones de trabajo surja el plan de industrialización que se requiere para recuperar la posición que tenía la industria exportadora en la década pasada”.

Explicó que uno de los problemas de la industria peruana es el aprovisionamiento de sus insumos: La cadena textil-confecciones necesita hilados, pero en los últimos años se ha observado la reducción de las áreas cultivadas de algodón, al igual que el número de hilanderías, lo que obliga a las empresas a importar, en algunos casos, hasta el 70% de ese insumo.

Los subsectores ligados a los metales tienen un problema similar. La metalmecánica requiere de un fuerte aprovisionamiento de ciertos metales que son comercializados en el país a precios internacionales, situación que se agrava porque son pocas las empresas que los producen.

La joyería y orfebrería requieren oro y plata que deben comprar a precios internacionales, lo que incrementa notablemente sus costos y el precio final de su oferta. “Esta situación fue cubierta relativamente por los empresarios al producir joyas de oro y plata combinadas con piedras semipreciosas e incursionando en otros mercados”, agregó Varilias.

Asimismo comentó que para mantenerse en el mercado y generar beneficios a la economía, la industria peruana y las empresas de cualquier otro sector necesitan energía, agua, vías de acceso, puertos, aeropuertos, seguridad, insumos, estabilidad política, social y reglas de juego claras y permanentes en el tiempo.

Situación de la industria

El líder gremial añadió que en enero, según Produce, el sector manufactura creció en 5.4%, pero detalló que ese porcentaje es menor al de diciembre (6.4%), lo que indica la inestabilidad de la industria peruana y la necesidad de una política industrial de largo plazo.

En lo que a exportaciones se refiere, los subsectores que perdieron una mayor representatividad –dentro de las de valor agregado- fueron las confecciones que en el 2012 concentraron el 14% y en el 2016 solo el 8%, los textiles (de 5% a 3%), la siderurgia (de 11% a 9%) y la metalmecánica (de 5% a 4%).

Fuente: Asociación de Exportadores.