Fabián Yannone, presidente de la Asociación Argentina de Logística Empresaria (ARLOG), aborda la actualidad de la logística en el país y en la región, y explica los proyectos de la asociación.
¿Cuál es la visión y la misión de ARLOG?
El objetivo de ARLOG es funcionar como un lugar de encuentro entre operadores logísticos y dadores de carga, para la discusión y el abordaje de proyectos y de programas conjuntos. Se trata de una entidad conformada por profesionales.
Asimismo, desde ARLOG apuntamos a fortalecer nuestra presencia a nivel institucional. En esa línea, nos asociamos a la Unión Industrial Argentina y participamos en la Comisión de Logística, la cual reúne también a representantes de navieras, de astilleros, de ferrocarriles y de constructoras, entre otros.
Cabe aclarar que la UIA tiene una fuerte llegada al Gobierno. Y esto se traduce en una oportunidad para nosotros de acercar nuestras necesidades y nuestras miradas desde la comisión. Entre ellas figuran, por caso, la necesidad de impulsar los bitrenes y los vehículos escalables, a la vez que la mejora de las condiciones de infraestructura.
También mantenemos un fuerte vínculo con otras entidades del sector, como FADEEAC, CEDOL, FAETyL, y AECA. Y a esto se suma el interés por ampliar nuestro equipo interno, tanto de administración como de capacitación.
En reiteradas oportunidades señalaron que, en las empresas, el ejecutivo de supply chain debería tener un lugar en el directorio de las compañías.
Sí, porque realmente es la única función dentro de las organizaciones que atraviesa todas las actividades, desde la compra de la materia prima hasta la disposición del producto en manos del cliente. Y hay muy pocos casos en los que esta persona llega a la posición de CEO de la empresa. Por eso es muy importante que la persona responsable de la logística cuente con el soporte de otras áreas, como Administración y Finanzas.
Otro ámbito en el que tenemos fuerte presencia es en la Asociación Latinoamericana de Logística-ALALOG. En este espacio, los presidentes de cámaras y de asociaciones profesionales de Latinoamérica nos reunimos de forma mensual y compartimos las realidades de los distintos países.
¿Cuál es el estado de la logística en Argentina, respecto de la región?
Hay realidades en común en torno al crecimiento del profesionalismo de la logística. En ese punto, estamos en una muy buena posición a nivel latinoamericano. ALALOG es muy traccionada por Argentina, pero tenemos países como México que tienen una realidad económica muy diferente a la nuestra: limita con Estado Unidos y tiene una economía efervescente. Además, al igual que Brasil, por la escala de población que tiene rápidamente activa la economía.
Cabe aclarar también que algunos países evolucionaron mucho, como Ecuador. Estas iniciativas son compartidas y vemos que todos los países tenemos un nivel bastante equivalente en cuanto profesionalismo.
Particularmente, en Argentina, considero que estamos ligeramente más avanzados que otros países de América del Sur. Sin embargo, en términos de conocimiento y de acceso a tecnologías enfrentamos mayores complicaciones, dado el escenario en el que vivimos.
Por otro lado, hay también una realidad que nos impacta a todos: tras el período más crítico de la pandemia, la vuelta a la presencialidad llevó a la falta de mano de obra en algunas tareas, como el transporte carretero, marítimo y aéreo.
Recientemente, por caso, tomamos como ejemplo de análisis el aeropuerto de Frankfurt. Este era el aeropuerto que menos maletas perdía en todo el mundo, mientras que hoy, después de la pandemia, figura entre los que más pierde.
Todas las cuestiones de la postpandemia llevaron a una menor disponibilidad de recursos. La falta de conductores de camiones y de tripulación en los barcos, por caso, ya había sido identificada como un problema por la International Road Union (IRU). Sin embargo, al igual que otros fenómenos, la pandemia lo aceleró.
Y en Argentina, particularmente, tenemos también un problema particular: la inflación y la relación con el dólar. Por ejemplo, identificamos la falta de autos por parte de diferentes terminales en Argentina. ¿Los motivos? Sus plantas no tienen la misma capacidad de producción que en la prepandemia.
En 2021, recorrí diferentes localidades de Italia y de Portugal y la falta de conductores era evidente. En ese marco, me explicaron que muchos choferes de camiones se volcaron hacia aplicaciones que brindan soluciones de transporte a pasajeros y realizan también entregas de eCommerce, con el agregado que recorren cortas distancias y todos los días vuelven a sus casas.
Vemos que el modo de vida y los servicios se están transformando. Chile, por caso, recientemente, aprobó la reducción de la jornada laboral semanal y diferentes países van en ese camino. De este modo, las personas tienen más tiempo disponible para consumir productos y servicios, y el trabajo puede ser mejor distribuido. En relación a este punto, además, muchas empresas están retornando a la presencial, dado que la eficiencia se redujo bajo la modalidad de home office.
En la logística, tenemos mucha presencialidad. Desde ese punto, tenemos un problema de competitividad a la hora de generar empleo y de ser atractivos para traccionar trabajadores.
¿Cuáles son las proyecciones de ARLOG para este año en materia de encuentros?
Tenemos previsto un desayuno antes de las elecciones primarias -PASO-, a fin de abordar las proyecciones de especialistas. También apuntamos a realizar un breve repaso de la evolución de los costos logísticos en el último trimestre.
Posteriormente, ya nos enfocaremos en el Encuentro Anual ARLOG, que tendrá lugar en octubre. No descartamos realizar un último desayuno en diciembre, en función de la situación económica. Los economistas tienen ciertas proyecciones, pero hay mucha incertidumbre en torno a ello.
Andrés Bonifacio, director de Ecolatina, por caso, sostiene que la recuperación frente a las crisis lleva dos años desde la toma de decisiones. Y explica que al inicio se suele registrar una recesión y un crecimiento de la pobreza importante, por lo que no es simple sobrellevar los dos siguientes años hasta alcanzar la estabilidad.
El encuentro, que será presidido este año por Gustavo Di Capua, tiene que ser también un espacio de networking.