La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) se presentó el documento “A tres meses de la implementación de la reglamentación IMO 2020”, elaborado por Ricardo Sánchez, Senior Economic Affairs Officer in Infrastructure, Transport & Ports, y Eliana Barleta, consultora. En el documento los autores  analizan las nuevas reglamentaciones ambientales en el sector marítimo que entran en vigor el 1 de enero de 2020, que además de ser impulsoras del importante cambio regulatorio, estarán presentes en el día a día de dicho sector en los próximos 30 años; debido a la dimensión del cambio, que trae muchas expectativas e incertidumbres. 

Por el lado de las expectativas, explican que las reglamentaciones proponen un gran paso hacia la transparencia de las emisiones en el sector, y se espera que contribuyan a la reducción inmediata de las emisiones de varios contaminantes desde el próximo año y de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) a la mitad para 2050, llegando a aproximadamente 1.4% del total global1 actual. Por el lado de las incertidumbres, indican que están los costos de adaptación y reformas necesarias, aumento del valor del combustible, su disponibilidad, el impacto en el comercio, los riesgos de la concentración de la industria marítima y el sitio en que descartarán los desechos de la combustión, entre otros. 

En el documento, los autores explican que, de acuerdo con los cambios contenidos en el Anexo VI2 del Convenio internacional para prevenir la contaminación por los buques (MARPOL), también conocida como IMO 2020, el contenido de azufre del combustible con alto contenido de azufre (HSFO, por sus siglas en inglés), utilizado a bordo los buques mercantes que operen fuera de las Zonas de Control de Emisiones (ECA)3 no deberán exceder el 0,50% masa/masa (m/m), mientras que para los buques que operen en ECA el contenido máximo de sulfuro no deberá exceder el 0,10% m/m. El límite de azufre del 0,50% m/m es una reducción significativa del límite global actual de 3,50% m/m, que se ha mantenido hasta la fecha. Además, el Anexo VI también prevé la reducción progresiva de las emisiones de óxido de azufre (SOx), óxido de nitrógeno (NOx) y materia particulada (PM)4 a nivel mundial y la creación de las zonas de control de las emisiones (ECA) con el fin de reducir aún más las emisiones de contaminantes atmosféricos en las zonas marítimas designadas. 

El fin del presente documento es compartir información sobre las nuevas reglamentaciones, así como también platicar sobre las expectativas e incertidumbres de la implementación del cambio normativo. Es dividido en dos partes: 1) Las emisiones del transporte marítimo en la actualidad, con sus emisiones locales y no locales; 2) Impactos, expectativas e incertidumbres, en la que serán desarrollados temas relacionados al combustible, su disponibilidad y precio, scrubbers y sus tipos, impactos en el comercio y riesgo de concentración en los sectores pertinentes. Finalmente, también se adjunta una breve encuesta sobre la IMO 2020 a la que les invitamos a que entren para contestar las preguntas, cuyo objetivo es analizar en qué situación se encuentra la región de América Latina y el Caribe frente a este cambio reglamentario

Hasta el año pasado, la flota de buques mercantes contabilizaba un total mundial de 59,687 naves5, que están divididas mayoritariamente en petroleros, graneleros, buques de carga general, portacontenedores y buques transportadores de gases y químicos. El total en tonelaje durante el 2018 fue de 1,92 miles de millones de DWT6, con el 23,5% de ellos actuando en el comercio internacional de América Latina y el Caribe. En términos de movimiento de contenedores, en 2018 fue contabilizado un total de 816 millones 

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