“El 50% de los alimentos que se producen a nivel mundial se desperdicia y va a la basura”, aseguró el Ing. José Oscar Ragozino, presidente del Instituto Argentino del Envase, en el marco del evento Envase -Alimentek-Farmatek 2017, que se llevó a cabo entre el 8 y el 11 de agosto en el Centro Costa Salguero.

Según el ingeniero, los motivos del desperdicio se encuentran en una sucesión de errores y problemas que comienzan cuando se recoge y envasa la materia prima, pasando por dificultades en el transporte, la cadena de frío y hasta en el envasado.

Ragozino explicó que desde la entidad que dirige están comprometidos con Save Food, una iniciativa mundial que busca educar sobre la necesidad de cuidar los alimentos. Así es que en el Instituto Argentino del Envase ofrecen capacitación para empresas y usuarios finales, con el fin de concientizar sobre esta problemática.

“En ocasiones los envases de rompen, se abollan o se caen cuando son transportados. Para combatir esto hay diferentes herramientas que contribuyen a disminuir las vibraciones en los contenedores y a colocar mejor las cargas”, detalló Ragozino.

En este sentido, remarcó que la tecnología es una gran alidada para facilitar la logística y evitar este tipo de problemas, ya que hay maquinarias que permiten optimizar el proceso de envasado y la disposición de las productos en los camiones.

El desperdicio también está vinculado con un cambio en la vida de los usuarios. En la actualidad, disponen de menos tiempo para planificar las compras ya que, a raíz de las obligaciones laborales por ejemplo, pasan gran parte de la jornada fuera de su hogar.

“Según la información que tenemos, un 30% de los productos lácteos que están en la heladera del consumidor va directo a la basura. Esto ocurre porque la gente hoy se mueve más que antes, viaja más, uno pasa más tiempo fuera de su casa”, analizó el especialista.

El mercado vivió una gran transformación en los últimos años y esto tiene un impacto, entre otras cosas, en la forma de adquirir alimentos. “Como hay menos tiempo, la gente hace las compras una vez cada 15 días y entonces hay menos control sobre lo que se consume, y por eso ciertos productos que se compran, no se consumen y se vencen”, subrayó Ragozino.

Qué es la industria 4.0 y por qué está cambiando el mundo en el que vivimos

La tecnología y su impacto en la producción a gran escala. Técnicas y estrategias para sacar provecho a las nuevas tendencias en robótica, eCommerce y capacitación digital

“La industria 4.0 es la mezcla de hardware, software, redes y el comercio electrónico que permite hacer todo a través de la web. Eso está creando un cambio muy grande en las conductas y en la forma de comprar en la sociedad”, analizó Jorge Acevedo, gerente general del Instituto Argentino del Envase, durante la exposición Envase-Alimentek-Farmatek, que reunió a más de 320 expositores del sector.

La tecnología atraviesa el proceso industrial de diversas formas: está presente a la hora de envasar la mercancía, cuando se transporta  y hasta cuando se ofrece los productos en los locales digitales, que caracterizan al eCommerce.

“La realidad virtual y la realidad aumentada permiten que el usuario pueda ver un supermercado completo y explore los productos, desde diferentes ángulos, a través de unas gafas. Este tipo de innovación también sirve para hacer estudios de mercado, porque se puede observar las reacciones de las personas cuando están en las góndolas virtuales”, detalló Acevedo.

Este tipo de desarrollos no solo ofrece una nueva manera de interactuar con los usuarios sino que agiliza procesos y reduce costos, ya que toda la transacción pasa a ser digital. “Hay tiendas 100% online, que no tienen un local físico”, dijo el experto.

Esa “magia de lo intangible” también se ve reflejada en la capacitación. Desde el Instituto Argentino del Envase se ofrecen diferentes talleres virtuales para capacitar a las compañías y a su personal en el uso de las maquinarias más innovadoras.

La robótica es otro aspecto clave de la industria 4.0, ya que se emplea para ordenar los pallets, consolidar las cargas, y acomodar las piezas en cintas o incluso cargarlas a los camiones.

“Hay maquinarias que son más pequeñas que antes y livianas. Tienen menos componentes y se ensamblan como si fuera un mecano. Esto facilita los procesos, las mudanzas de equipo y abarata costos porque disminuyen los gastos de instalación, traslado y de mano de obra”, analizó Acevedo.

Fuente: Instituto Argentino del  Envase.