José Luis Baldon, Country Manager para Argentina y Uruguay de Vanderlande Industries, presenta su compañía, especializada tecnología y en procesos de automatización en aeropuertos, almacenes y distribución de paquetería. Analiza el nivel de implementación de los sistemas a nivel mundial y destaca el reciente auge que tiene en el sector logístico en Latinoamérica y en Argentina en particular.
¿Qué es Vanderlande Industries?
Vanderlande Industries es una compañía de origen holandés, compuesta por tres áreas de negocio en tecnología de automatización: aeropuertos, almacenes y paquetería.
A nivel mundial, tenemos presencia en 18 de los 25 aeropuertos más grandes, no solo en materia de equipamiento, sino en operación yen mantenimiento. Con este eje, nos instalamos en Argentina hace 10 años. Hoy, nuestro principal cliente es Aeropuertos Argentina 2000, para quien trabajamos en los aeropuertos de Buenos Aires –Jorge Newbery y Ministro Pistarini de Ezeiza- y Mendoza. También tenemos presencia a través de las otras dos áreas de negocio, con clientes importantes en cada una de ellas.
¿En qué países opera la compañía?
La cantidad de países en los que operamos crece continuamente, fundamentalmente en Latinoamérica. Estamos en México, en Panamá, en Colombia, en Brasil, en Chile y en Argentina, países desde los cuales atendemos al resto de la región.
¿Hay un nuevo impulso por la automatización logística en Argentina?
Hay una tendencia muy grande, no solo en Argentina, sino en la región, por considerar los automatismos en la logística -que por distintas circunstancias presentan cierto nivel de atraso, en comparación con otros segmentos del mercado-, desde la clasificación en paquetería hasta la distribución para un retail o la preparación de pedidos para una empresa con más de 100 tiendas.
¿Qué aspectos es posible automatizar en logística?
En países como Alemania, Francia y Australia, Vanderlande está ejecutando proyectos muy importantes para grandes operadores y con grados de automatismos muy altos, que suponen inversiones que van desde 60 millones de euros hasta 140. Tomemos el caso de una empresa de retail: los pallets se descargan, despalletizan y guardan automáticamente. Involucra procesos de clasificación y de picking, y hasta pruebas con robots.
En Latinoamérica, la realidad es diferente y los procesos avanzan a otro ritmo, pero la consideración de los proyectos por parte de las compañías es cada vez más masiva. Por ejemplo, comenzaron a considerar la utilización de clasificadores automáticos en materia de paquetería. Permiten ubicar, pesar, leer etiquetas y clasificar paquetes de forma automática a una velocidad de entre 3.000 y 18.000 unidades por hora.
Hoy, hay empresas del mercado para las que estos volúmenes no son extraños, sino realidades. Una de las causas que las generan es el eCommerce, en combinación con ciertas particularidades de la geografía argentina.
¿Por qué considera que los procesos de automatización en América Latina están atrasados?
En un momento, se creía que era consecuencia de la mano de obra barata. Pero hoy, hay dos realidades que cambian ese paradigma. Una es el volumen: resulta imposible procesar el volumen actual y asumir tasas de 20% de crecimiento por eCommerce, con metodologías y procesos manuales que se utilizaban 10 años atrás.
Otra realidad tiene que ver con el contexto económico de nuestro país. Debido a circunstancias macroeconómicas, el salario de un operador logístico es más elevado en Argentina que en España. Pero en España, no se discute la instalación de un clasificador, sin importar el tamaño. Ocurre que las inversiones son consideradas a largo plazo y nuestro país es “cambiante”.
Pero debemos remarcar lo siguiente. Hoy, los tiempos de repago son bastante cortos -entre dos y tres años- y una empresa puede perder un nicho de mercado frente a su competencia, si no se prepara para este nuevo paradigma.
Las automatizaciones son nuevas en la logística, por lo que generan incertidumbres, pero cada vez más clientes se animan a implementarlas. Tenemos cuentas en Perú, Uruguay, Colombia y Argentina.
¿Ustedes colaboran con las empresas en el reacomodamiento de los procesos o solo se ocupan la maquinaria?
Hay operadores logísticos que contratan consultores, porque necesitan cambiar sus procesos y parten del análisis. Hay otros casos en los que clientes nos contactan, nos cuentan su problemática, analizamos el sector, y les acercamos diferentes propuestas.
Vanderlande no es una consultora logística ni pretendemos ocupar ese nicho de mercado. Hay empresas que lo hacen muy bien, pero colaboramos con ellas y con los clientes de forma continua. Nos involucramos desde la venta del equipo, hasta la instalación electromecánica, la configuración, la puesta en marcha y la integración con el WMS.
Si bien el sorter es una maquinaria, tiene diferentes capas de control y una capa de software que interactúa con el WMS del operador y le determina cómo es el pedido y dónde hay que clasificar determinada caja, por ejemplo. Tenemos clientes con software conocidos, como SAP, y otros con desarrollos propios, y nos integramos con cualquiera de las variantes.
¿Encontraron casos en los que el cliente cree que la sola instalación solucionará los problemas?
La máquina o el sistema no remplazan los procesos. Previo a la instalación de un sistema, se debe hacer un análisis de la situación de la empresa a nivel de procesos, crecimiento futuro y demanda proyectada. Cuando se instala una automatización, está claro que se hace con una previsión de absorber un crecimiento, por los menos por los próximos cinco años.
¿Hay alguna forma de medir cómo varía la ecuación entre la cantidad de gente empleada con o sin un sistema de automatización?
Cuando realizamos estos análisis y vemos la operación actual de una empresa, planteamos una operación futura con automatizaciones. Estas operaciones requieren cierta cantidad de operadores, no necesariamente con otra calificación, sino con funciones diferentes.
Por ejemplo, si la empresa tiene 20 operadores, podemos asumir cierto volumen de procesamiento con una automatización, sin necesidad de despedir personal, dado que estaría destinado a absorber el crecimiento futuro. Permite crecer sin incorporar colaboradores.
¿Podemos identificar algunos clientes?
Tenemos clientes como Falabella Argentina, Grupo Logístico Andreani, Supermercados Tata, Braspress, TNT, y Cencosud Chile. En Argentina, estamos trabajando sobre un proyecto muy importante con una empresa líder dedicada a la distribución de droguerías, y con una empresa líder en retail y en paquetería.
¿Hay un tamaño mínimo de empresa logística para el cual los sistemas de automatización son válidos?
Hemos tenido consultas de empresas de transporte de origen familiar interesadas en implementaciones, porque la problemática existe. Para citar un ejemplo: mientras que una persona con una lista recorre un centro de distribución y arma un pedido, un clasificador puede realizar la tarea automáticamente. La empresa gana en prestación, en tiempo, en calidad y en trazabilidad de la información.
Hoy, una PYME podría disponer de un pequeño clasificador, para ubicar, pesar, leer etiquetas y clasificar paquetes de modo dinámico a una velocidad mínima de 1.500/3.000 unidades por hora. Estas soluciones rondan los 250.000 dólares. Por otra parte, hay proyectos similares de clasificadores de retail o de paquetería, que rondan entre 1 y 5 millones de dólares, dependiendo del tamaño de la empresa.
Más información en: www.vanderlande.com
Escuche aquí la entrevista José Luis Baldon, Country Manager Argentina & Uruguay de Vanderlande Industries, en el programa de radio 516 de Hablemos de Logística. https://webpicking.com/hablemos-de-logistica-programa-de-radio-nro-516-del-07032017/