Gabriel Pérez, coordinador del Programa de Desempeño Ambiental del Grupo Logístico Andreani y coordinador de la Comisión de Medio Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Asociación de Empresas de Correo Privado (AECA).La conciencia sobre el medio ambiente en un operador logístico: el caso Andreani. Entrevista a Gabriel Pérez, coordinador del Programa de Desempeño Ambiental del Grupo Logístico Andreani y coordinador de la Comisión de Medio Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Asociación de Empresas de Correo Privado (AECA).

El Grupo Logístico Andreanii El Grupo Logístico Andreani lleva adelante un Programa de Desempeño Ambiental, fundamentado en dos ejes: el establecimiento de espacios para mitigar los impactos de las operaciones y la fijación y seguimiento de objetivos. Dentro de esa política, demostró junto con AECA que, dependiendo de diferentes factores, la huella de carbono generada por el servicio postal convencional puede ser igual o inferior a la del correo electrónico.


¿Por qué Andreani se interesa en la cuestión del desempeño ambiental?

Hace algunos años, como parte de su estrategia de Responsabilidad Social Empresaria (RSE), Andreani fijó unos programas: “Tránsito Seguro”, “Logística Social”, “Desarrollo Cultural” y un programa de “Desempeño Ambiental”, del cual yo me hice cargo.

Básicamente, el objetivo del plan era darle visibilidad al tema, fijar objetivos y rendición de cuentas. Tomamos nota de la situación ambiental existente en la empresa para implementar medidas para mitigar los impactos que producen las operaciones y gestionar indicadores. Como en todas las actividades, si no hay medición no se puede gestionar. En este caso es crítico poder tomar nota de lo que uno hace. De eso se trata el programa: fijar objetivos y metas anuales con seguimiento y reporte al directorio de forma quincenal y establecer programas para intentar reducir cualquier acción que pueda tener impacto derivado de los procesos de la empresa.

¿Cómo fue el inicio de este proyecto?

Comenzamos por lo básico. En la actividad logística, este programa buscó darle una visibilidad a aquellas acciones que ya se hacían por cuestiones operativas, como separar cartones y cuidar el ahorro energético. Había acciones que ya se hacían, que no tenían como meta principal la cuestión ambiental, pero que tenían un impacto positivo. La idea fue aprender.

Yo además estudié para profesionalizarme en ese rol. Me formé en una diplomatura en Gestión Ambiental y después empecé a capacitar y a explicar a la gente que lo que se hacía, o no, tenía un impacto más allá de las fronteras de la empresa.

¿Cómo está hoy el grupo?

Afortunadamente, este es el tercer año en que como líder del programa voy a rendir cuentas. Que el directorio me escuche, tome nota de lo acontecido en el año y me asigne recursos es muy importante.

Lo primero que hicimos fue tomar el control de la operación y ver la situación ambiental. En eso nos ayudó mucho, por ejemplo, la implementación de las metodologías de la norma ISO 14.001. Estas metodologías son útiles para ver la situación de uno a nivel de los impactos, los que pueden ser positivos: generación de empleo, forestación de una zona aledaña, por ejemplo.  La idea de esa metodología fue tomar nota de cómo estamos posicionados y revisar los requisitos legales.

Fueron años de desarrollo exponencial del tema y hoy pudimos desarrollar líderes en cada planta para que no se dependa exclusivamente de una persona. Hoy hay abanderados de la temática ambiental en cada una de las plantas. Eso le da mucha visibilidad.

¿Cuál es la función de estos representantes?

Hay casos donde la persona es supervisor de las tareas de mantenimiento, de operación o de soporte. Son personas que tienen en los depósitos las tareas a la vista y pueden ir tomando nota de las acciones de separación de residuos y todo lo que es parte del programa. Después las compartimos, las monitoreamos y las inventariamos. Toda la documentación que ampara formalmente las acciones es muy importante. Nos ayudan tanto la parte administrativa como la operativa.

¿Cuál es la postura de la compañía respecto a la viabilidad económica?

Todas las acciones para que sean sostenibles en el tiempo tienen que ser sustentables en lo económico, y para esto hay que ser muy creativo.

Si yo le presentara al directorio una propuesta para la que tuviera que contratar cinco personas adicionales creo que no resultaría. Con mucha creatividad, hay que buscar acciones que se puedan mantener en el tiempo para lograr que se haga hábito, como por ejemplo, la separación de residuos en origen en sucursales del interior.

Cada sitio tiene su problemática y es necesario contar con soluciones a medida. Nos ha pasado en sucursales del interior del país, donde poníamos infraestructura para separar los residuos más voluminosos que se crean en una operación típica logística, como el cartón o el film, y no conseguíamos recicladores de la zona que se encargaran. Muchas veces, entonces, se destinan a recicladores informales o a donaciones. Hay que entender que la basura tiene una valoración económica cada vez más importante y que ya es parte del proceso productivo.

En el caso de una sucursal importante del interior del país, buscamos separar desechos orgánicos de los inorgánicos. Pero no en todas las zonas de la ciudad en la que está radicada hay recolección diferenciada, por lo que lo que nosotros separamos se vuelve a juntar. La respuesta en la compañía fue: “Háganlo igual, para generar conciencia”.

¿Desarrollan este tipo de estudios para sus clientes? ¿Cuál es su alcance a nivel comercial?

Lo importante es entender que el consumo de luz o agua y la generación residuos puede traducirse en dióxido de carbono equivalente. Es una cuestión novedosa: se compara una unidad de medida con su propia performance a nivel ambiental. De esta manera una empresa puede evaluar cómo está posicionado año tras año.

Un cliente, una compañía multinacional, nos requirió exclusivamente la medición de la huella de carbono de sus productos. Se buscó trazar la contaminación que generaba por distribuir cada uno de sus productos. Nos requirió mucho estudio y preparación, en tanto no hay una metodología universal.

ISO, como estándar, está lanzando su norma sobre mediciones de inventarios de emisiones, la cual es muy esperada por la comunidad. Actualmente, hay dos grandes normas o protocolos: uno americano y otro británico, uno más utilizado para medir la huella de carbono en servicios y el otro en el inventario de emisiones.

Personal de comercial, de tráfico y de operaciones nos ayudó a entender y a interpretar que cada camión, cada entrega, genera una traza. Finalmente, el cliente nos felicitó.

¿Eso les permitió generar una base de datos de información?

La idea es que, en algún momento, podamos informarle al cliente el impacto ambiental que va a generar su operación. Eso sería muy importante a nivel comercial e institucional.

Aquello que hicimos con mucho esfuerzo para este cliente lo estamos transformando en una herramienta en donde los datos sean proveídos por el sistema operativo y no por una multiplicidad de planillas Excel, que significan mucho más trabajo.

Estamos trabajando para que los mismos sistemas, el ruteo, el transporte y la distribución, nos provean los datos que necesitamos para medir la emisión.

¿Existen software o herramientas que permitan hacer estas mediciones?

La conversión a dióxido de carbono equivalente del consumo de luz y de combustible, por ejemplo, es sencilla si uno dispone de los factores de conversión, que en cada país varían.

La medición del transporte es quizás la más complicada. La huella del consumo energético en un depósito, por ejemplo, es más sencilla en tanto consiste en traducir los kilowatts en dióxido de carbono equivalente. En el caso del transporte, la conversión no sería complicada si se obtuvieran dos datos madres: los consumos de combustible por unidad o los kilómetros recorridos.

Hay una postura de pensamiento que sostiene que la sociedad genera una destrucción progresiva del medio ambiente, pero como no está medida no tiene costo y no se sabe como incide. ¿Coincide?

Yo creo que de a poco nos estamos dando cuenta que las externalidades, los impactos negativos que producen y generan pasivos ambientales, minan la nueva provisión de recursos, lo cual pone un techo importantísimo al crecimiento económico. Es un cambio muy lento que se está discutiendo, pero todavía falta mucho para que se traduzca en acciones concretas.

Lo que es importante tener en cuenta es que hay un derecho garantizado por la Constitución Nacional a gozar de un ambiente sano. Entonces, también hay un deber de preservarlo. En futuro, debería haber más leyes y reglamentaciones que ayuden a que esto se vuelva realidad.

 

La huella de carbono del correo convencional versus el electrónico

Estuvo trabajando en el desarrollo de la huella de carbono de la correspondencia convencional. ¿Cómo surgió esta idea y cuáles fueron los resultados?

AECAEn el 2010, desde la Asociación de Empresas de Correo Privado (AECA) y desde la Comisión de Medio Ambiente y Desarrollo Sustentable que la integra, encaramos dos estudios que tenían cierto hilo conductor. El primero lo realizamos junto con el Departamento de Seguridad, Higiene y Medio Ambiente de la Universidad de Rosario y consistió en una evaluación de impacto ambiental. Es un estudio que se hace sobre determinados sitios, típico estudio que se solicita legalmente cuando uno va a radicar una nueva industria.

Tomamos una muestra de distintas empresas asociadas a la Cámara sobre la situación ambiental del servicio de una carta. La idea era mostrar cuan contaminante o no era ese servicio. Para eso se tomaron muestras de distintas sucursales del país de diferentes empresas pertenecientes a la Asociación. Arribamos a la conclusión de que los impactos negativos que generaba el correo eran superados por los positivos, que provenían de la generación de empleo y de la incidencia sobre industrias y comercios.

¿Por qué surgió ese interés?

Hay una campaña tendiente a sustituir la comunicación que se recibía habitualmente por el servicio postal, como la factura de servicios, argumentando que el correo es contaminante para el medio ambiente e invitando a los usuarios a recibir dicha información vía correo electrónico.

El correo, con el impulso de la Cámara, quiso demostrar desde un punto de vista técnico que no era tan así. Toda actividad humana genera esos impactos, pero la carta “no era la mala de la película”. Por eso se encomendó este primer estudio. No era un ataque en contra de las tecnologías. Buscábamos demostrar de un modo académico cómo era la situación.

Después, sobre esos resultados se encomendó un segundo estudio, en convenio con la Universidad de Belgrano y con la colaboración de una consultora privada. Consistió en medir la huella de carbono, las emisiones que se generan desde que se envía hasta que se entrega una carta, en comparación con el envío y la recepción de un e-mail, medio por el cual muchas empresas envían su documentación de servicios.
No hay mucha información sobre el correo electrónico, pero recurrimos a informes de la Secretaría de Energía de Francia y nos encontramos con muchas sorpresas. Las conclusiones son interesantes. Luego pusimos ese estudio a disposición del público.

¿Cuáles serían esas sorpresas?

Para que el estudio sea lo más objetivo, transparente y comparable posible tomamos aquellos destinos por los que una carta circula, cubriendo el 80% del mercado argentino de distribución postal. Se trató de las ciudades cabeceras del interior del país, ciudades donde el grado de penetración de internet es importante.

Podemos medir la situación del correo porque desde que se retira hasta que se entrega una carta hay una forma de medición. Llegamos a la conclusión de que en determinadas localidades este generaba emisiones menores, en comparación con el correo electrónico.

¿Cómo hicimos para conocer los datos sobre el correo electrónico? Tomamos encuestas e información. Por correo electrónico se distribuye, por ejemplo, un resumen bancario.

Se almacena en uno o más  servidores, también en la PC de una casa, y generalmente se termina imprimiendo, en tanto no hay legislación que permita hacer un reclamo sin documentación impresa. La redundancia de archivos en el procesamiento de información electrónica puede llevar a que la huella ecología sea mayor de lo que se cree.

Cuando uno realiza  un estudio de medición de huella de carbono, de impacto ambiental, inventario de emisiones, usa una metodología disponible. Esa metodología pretende arribar a un modelo, siendo este último una representación de la realidad. El modelo va a ser sólido cuando demuestre lo más confiablemente esta realidad.

Cuando hicimos este estudio buscamos la habitualidad del servicio de correo, los destinos más frecuentes, las unidades de transporte utilizadas, las ocupaciones de bodega promedio y hasta inclusive obtuvimos datos de los fabricantes de los utilitarios que mayormente se utilizan en las empresas de coreo. La representación de la realidad que intentábamos mostrar incluyó todos estos datos. Cuando uno tiene argumentos sólidos es más difícil de refutar los resultados a los que se arriba.

Aunque encomendado por la Cámara, el estudio fue realizado por un tercero, por lo que fue lo más objetivo posible. La situación ambiental de ambos servicios, correo postal y electrónico, es bastante similar, dependiendo de los destinos.

¿Cómo obtuvieron la información para el análisis de la huella generada por la electrónica?

Hay estudios sobre correo y software anti-spam, de los cuales obtuvimos, por ejemplo, cuáles son las emisiones que genera un spam (0.3gr.) y las emisiones de un correo tradicional (casi 4gr.). Esta diferencia se da porque generalmente el spam se elimina instantáneamente después de recibido, mientras que el correo se almacena.

En algunos casos, dependiendo del envío del correo (postal y electrónico) y de su frecuencia, la situación ambiental era similar. Pero si asumimos que esa persona que recibe el correo con el resumen del banco, luego lo imprime, las emisiones son mayores.
Para bien o para mal el servicio postal, como conoce de punta a punta su proceso , lo puede medir. En caso del correo electrónico, la energía que se consume es muy difícil de medir y, por tanto, de mejorar.
La importancia de este estudio radica en que dejó en manos de las empresas de correo instrumentos como oportunidades de mejora.

¿Se puede obtener el estudio?

Los resultados y las conclusiones están en la página de la Asociación de Empresas de Correo de la República Argentina (www.correos.org.ar).  Lo hemos divulgado también en foros. Lo presentamos en una comisión de trabajo de la Unión Postal Universal, que es un organismo especializado de las Naciones Unidas, el cual se reúne dos veces al año para estas comisiones y cada cuatro para elegir autoridades. Presentamos los resultados de este estudio ante casi 200 países.

Luego lo presentamos en un foro del Mercosur, en la Unión Postal de las Américas, España y Portugal, vinculada a operadores postales públicos, y en un foro de la Federación Nacional de Comerciantes de Colombia (FENALCO).

Existe un resumen en video en este link: http://www.youtube.com/watch?v=jFFcPxAPFNQ

¿Recibieron críticas al respecto del estudio o de sus resultados?

Sí, pero por la forma en que se presenta el estudio no se pretende “atacar” a nadie. Es un tema que despierta bastante interés. Y con el estudio se intentó demostrar un punto de vista técnico. Hay que entender también que hay más de 40.000 empleados en la Argentina y que cuando se toman decisiones sin argumentos técnicos se está afectando a una fuente laboral importante.

 

Gabriel Pérez

Es jefe de Normas y Procedimientos y coordinador del Programa de Desempeño Ambiental del Grupo Logístico Andreani.

Dentro de la compañía desarrolla el proyecto de medición de inventario de emisiones de CO2 y análisis de ciclo de vida y huella de carbono de productos y servicios. Es también coordinador de la Comisión de medio Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Asociación de Empresas de Correo Privado (AECA).

Gabriel es licenciado en Administración de Empresas, graduado en la Universidad de Buenos Aires. Realizó el posgrado en Logística de la Universidad de Belgrano y el Programa en Gestión Ambiental de la Universidad Austral.

 

El Grupo Logístico Andreani

El Grupo Logístico Andreanii Es una compañía especializada en logística fundada en 1945, integrada por cuatro unidades de negocios en Argentina (Logística, Farma, Correo y Desarrollos Inmobiliarios) y una en Brasil (Logística), todas orientadas a brindar servicios logísticos integrales y cada una de ellas especializada según los alcances, procesos y/o etapas de la cadena de suministros. Además, cuenta con la Fundación Andreani, a través de la cual desarrolla solidariamente actividades educativas y culturales en todo el país. Con una superficie total instalada de 600.000 mt2, trabajan en la empresa 6000 colaboradores.

Su cartera comercial supera los 1000 clientes, entre los que se destacan: Roemmers, Laboratorios Bagó, Banco Hipotecario, Repsol YPF, Gillette Argentina, Prócter & Gamble, Massalin Particulares, Bayer Argentina S.A., Johnson & Johnson Medical, Nobleza Piccardo, Telecom, Telefónica, Hewlett Packard, Banco Santander, Laboratorios Abbott, Arcor, etc. Con un parque automotor de 1231 unidades de transporte y una facturación aproximada en 2012 de 1.378 millones.

 

Hablemos de Logística

Hablemos de Logística

Escuche la entrevista realizada en el programa radial Hablemos de Logística, que se transmite por Radio Palermo, FM 94.7 de Buenos Aires, los martes a las 17.00, o bien en vivo o diferido vía web en www.hablemosdelogistica.com

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Realizado por Webpicking.com en junio 2013