En el documento “TRANSPORTE: QUO VADIS?” publicado por la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM), el decano José Babero realiza una mirada sobre el impacto del COVID-19 en el transporte automotor de personas y cargas y reflexiona sobre lo profundo y complejo que es el desafío que a enfrentar y la importancia de que la política pública pueda brindar respuestas acertadas.

“Eso nos lleva a preguntarnos cuán preparados están los estamentos estatales en nuestro país (Argentina) para analizar el problema, si cuentan con la organización, los recursos humanos, la información y las herramientas de análisis necesarias. La coordinación entre jurisdicciones será un aspecto crucial, ya que el sistema de transporte – como lo ejemplifica el caso del AMBA – se encuentra bajo la esfera de competencia del gobierno nacional, de las provincias y de los municipios. La magnitud de los problemas, la escasez de recursos y la necesidad de enfrentar situaciones novedosas coordinando políticas públicas serán una prueba elocuente de lo necesario que es contar con instituciones sólidas, con las capacidades necesarias para la gestión de una agenda tan diversa y relevante como la del transporte”, expresa Barbero.

Un aspecto que se menciona es la escasez de recursos para la construcción y mantenimiento de infraestructura vial que deberá enfrentarse, ya que los fondos específicos para atender la red vial están vinculados a la venta de combustibles, y esta se ha reducido sensiblemente y demorará en volver a los niveles históricos, al igual que los ingresos por peaje. “La desfinanciación de la red pone en riesgo su mantenimiento, y deberá ser objeto de la mayor atención. La caída de ingresos en servicios de infraestructura (incluyendo instalaciones tales como puertos, aeropuertos, autopistas, vías navegables o terminales de pasajeros) junto con un marco macroeconómico complejo, obstaculizarán severamente los mecanismos de participación privada”, dice el documento.

Previamente realiza un exhaustivo análisis sobre las dificultades que se imponen para el movimiento de personas tanto en ámbitos urbanos como interurbanos, plantea la posibilidad de que haya una mudanza de personas desde los centros urbanos a las periferias en busca de lugares menos congestionados.

En cuanto al transporte de cargas se expresa que la crisis “pone en riesgo la sostenibilidad de las empresas, lo que puede incidir negativamente sobre la producción y el comercio. Mirando hacia el futuro, tras la pandemia es posible que se rediseñen y acorten las cadenas globales de abastecimiento, modificando los flujos del comercio, y que se modifique el comportamiento de las firmas en la gestión de stocks. Estos cambios, aún muy difíciles de precisar, se combinarán con el fuerte impacto que genera la adopción de tecnologías digitales y con el rol central que tiene el transporte de cargas en la política nacional de mitigación del cambio climático”.

El documento completo puede obtenerse en http://noticias.unsam.edu.ar/2020/5/18/transporte-quo-vadis-jose-barbero-analiza-el-impacto-del-covid-19-en-el-transporte/