Los más de 400 trabajadores eventuales en huelga desde hace 32 días en el puerto de Valparaíso decidieron ayer continuar indefinidamente el paro tras rechazar un preacuerdo propuesto por el Gobierno y dirigentes sindicales.

Las consecuencias del paro son impredecibles, pues se mantiene latente el respaldo que pudieran brindarle los empleados de otros puertos del país, lo cual afectaría la actividad exportadora.

Precisamente esta situación llevó al gobierno de Sebastián Piñera a dialogar la víspera con dirigentes sindicales y presentarle a los huelguistas un preacuerdo, que hoy los trabajadores, en asamblea general, rechazaron de plano.

Según los huelguistas las compensaciones ofrecidas por la empresa privada TPS a través del Gobierno están muy por debajo de lo que ellos reclaman, pues además de recibir bajos salarios, sus condiciones de trabajo son muy precarias y no disfrutan de garantías que sí poseen los trabajadores regulares.

La compañía TPS les ofreció un préstamo por 600 mil pesos (unos 900 dólares) y una tarjeta de regalo para gastos por 250 mil pesos, a lo cual el gobierno sumó otros 250 mil para capacitación.

Pero los estibadores reclaman desde el principio de la huelga un bono compensatorio por dos millones de pesos (cerca de tres mil dólares) y no un préstamo.

Tras conocerse la decisión de la asamblea, se reiniciaron de inmediato las manifestaciones y los enfrentamientos entre huelguistas y tropas especiales del cuerpo de Carabineros que buscan dispersar a los manifestantes con gases lacrimógenos y potentes chorros de agua lanzados desde carros blindados.

En varias de las principales arterias de Valparaíso el tráfico está interrumpido, y televisoras reportan también disturbios en la zona de los muelles, donde decenas de huelguistas rompieron las rejas que dan acceso a la empresa portuaria, aunque no entraron al edificio.

Calles donde circulan pocos vehículos y en las que se amontonan escombros y basura, barricadas incendiadas, comercios cerrados y una atmósfera viciada por los gases lacrimógenos es la imagen que ofrecen televisoras desde la zona del puerto de la urbe.

Esta mañana, antes que se conociera la decisión de los huelguistas, el presidente Sebastián Piñera expresó su molestia por los disturbios ocurridos en la ciudad en los últimos días.

‘Se acabó el tiempo de las intransigencias, y este es un mensaje para las empresas y los trabajadores; y se acabó el tiempo de la violencia, los desórdenes públicos. Llegó el tiempo de madurez, dialogo y el sentido común’, sentenció el mandatario.

Dijo esperar que se ponga término al paro ‘y tengamos una temporada agrícola y de exportaciones normal, porque un país como Chile no puede funcionar bien si sus puertos no funcionan bien’.

Precisamente, el paro de Valparaíso y la posibilidad de que se sumen en solidaridad con los huelguistas otras terminales del país, ha encendido las alarmas de las autoridades pues las cosechas de frutas y vegetales se encuentran en su momento pico así como sus exportaciones que alcanzan anualmente unos 18 mil millones de dólares.

Parejamente peligran las millonarias entradas que Valparaíso recibe por el turismo en estas fechas, cuando se celebra la tradicional Fiesta del mar para esperar el nuevo año.

Fuente: Agencia de noticias Prensa Latina.