Agustín Barletti, abogado, periodista, editor del suplemento Transport & Cargo del diario El Cronista y autor de diez libros publicados, presenta su visión de la historia logística de la Argentina, en especial en el sector del transporte por agua. Compara las acciones y las visiones sobre el tema de la década de 1990, y observa el reflote de políticas que a su criterio beneficiaron al país y que luego se abandonaron. Paralelamente relata como vivió la evolución de la prensa especializada a través de sus propios medios de comunicación, en los últimos 25 años.

¿Qué recuerdos tiene de la actividad, allá por el año 1999?

Tengo un recuerdo extraordinario de esa época. Un año atrás, había iniciado el suplemento Transport & Cargo del diario El Cronista, lo cual era un desafío. Tenía también consolidada mi revista Trading News, que fue el primer medio bilingüe sobre temas de comercio exterior y logística, con una mirada diferente. Era una revista impresa.

Era la última parte del gobierno de Carlos Menem, y quien estaba como subsecretario de Puertos era Jesús González, un visionario que hizo muchos cambios en el sector. Jesús González era una persona que entendía que había que conocer los puertos, que había que recorrer el mundo para conocer los adelantos, y en las distintas misiones que hacía, llevaba pequeñas comitivas, conformadas por gente del Gobierno y de los sindicatos, para mostrarles cómo se trabajaba en el exterior. También llevaba a algunos periodistas y yo tuve la suerte de ir a muchos de esos viajes.

En 1999 hice alrededor de 20 viajes a Europa, otros 10 a Asia y otros tantos a África y a Estados Unidos. Fueron experiencias extraordinarias: íbamos al corazón de la logística de esos países. Uno entraba de la mano de un gobierno como el de aquel entonces, abierto al mundo.

En ese momento, El Cronista tenía una incipiente página web y nuestro suplemento salía solo en papel los días miércoles. Tengo un recuerdo muy vívido de cuando apareció webpicking.com, que fue una revolución. Les confieso, yo dudé si estaban haciendo las cosas bien, si la gente estaría dispuesta a anunciar en la web, porque lo que se movía era el papel. Fueron pioneros.

Nosotros teníamos las mismas dudas…

Unos años antes, hacia 1994, Fabián Kohn, un gran ejecutivo de bancos, trabajaba en Exolgan. La terminal había sido inaugurada en marzo de 1992. Le hice una nota y él me mostró en su computadora que tenía un email. Me parecía que estaba hablando de la Guerra de las Galaxias. Me dijo: “Agustín, dentro de cinco años, todos los argentinos y toda la gente del mundo tendrá una dirección de email en su computadora”.

¿Qué esperaba después de esa etapa de aprendizaje?

Esperaba algo que no sucedió. Veníamos de una exitosa privatización del puerto de Buenos Aires, que en ese momento era tomado como un caso de éxito en las principales universidades y casas de estudio de logística. El puerto había pasado de ser un puerto sucio a uno de los más eficientes del mundo en un periodo totalmente corto.

Me tocó ver todo ese proceso de transformación: vi cómo antes un funcionario de la AGP, a la sombra del Obelisco en Capital Federal, determinaba lo que pasaba en Ushuaia, y cómo fue el proceso de descentralización, como cada provincia fue tomando sus puertos y formando su sistema de administración.

Fue una explosión lo que se dio en el tema logístico, sumado a la apertura al comercio exterior. Pensaba que ese era un proceso que no se podría frenar. Sin embargo, después de la crisis del 2001, pasó lo que yo no imaginé: en 2003 se dio un cambio absoluto. Las empresas que se habían privatizado se volvieron a estatizar, empezaron los controles y a complicarse las cosas para la gente de comercio exterior, la actividad volvió a ser considerada sospechosa y vivimos un proceso que se estiró hasta el año 2015 con distintos grados.

Después, durante la presidencia de Mauricio Macri, tuvimos un ministro como Guillermo Dietrich que fue un facilitador desde todo punto de vista para el comercio exterior, un hombre que entendía que la infraestructura era importantísima para desarrollar la logística. Y por último, el gobierno de Alberto Fernández con la pandemia en el medio.

Ahora, este gobierno vuelve a enfocar el país como en los 90, con la posibilidad de liberar las fuerzas del mercado y empoderar al comercio exterior. De alguna manera, la exportación es el salario del país. Por supuesto, falta mucho. Argentina es una montaña rusa.

En el marco de estas políticas, hay un componente adicional: los artículos chinos invadiendo los mercados, que en los ‘90 no tenían tanto peso como hoy…

Sí, la penetración china arrancó en Latinoamérica en los 2000, que coincide con el abandono también de la región por los Estados Unidos. Nosotros fuimos víctimas de esa penetración china, al igual que en otros países: en Brasil sucedió tanto con el gobierno de Lula como con el de Bolsonaro; en Uruguay con Tabaré y con Lacalle Pou; y en Chile con los gobiernos de derecha y de centroizquierda.

Hoy, el 12,5% de las exportaciones de cereales y de la agroindustria de Argentina se genera y se produce en empresas chinas en Argentina. Tenemos nodos logísticos nuevos que antes no existían. Y el puerto de Chancay en Perú no deja de ser un enclave chino, porque Cosco, la naviera estatal que es brazo ejecutor al Partido Comunista Chino, es la que lo maneja.

Por suerte, nosotros llegamos a un punto en el que se despertó una cierta conciencia de “hasta acá llegamos”. No se dio el puerto en Tierra del Fuego, que China tenía muy avanzado, y también se fue la empresa china del puerto de Buenos Aires. El gobierno de Miley tiene pragmatismo, en tanto entiende la importancia que China tiene dentro del intercambio comercial con Argentina, pero cuando uno mira en detalle, se da cuenta de que las declaraciones de Milei son “para la tribuna”.

¿Cómo ve los próximos años?

La eliminación de la AGP y la Subsecretaría de Puertos, junto a la creación de una nueva Agencia Nacional de Puertos y Navegación, no fue sorpresa para nadie porque Miley lo venía hablando. Desde antes de ser presidente, Miley lo tenía en la cabeza: sabía, por ejemplo, cuál era la plantilla de AGP cuando arrancó el gobierno de Macri y cuando terminó; cuál era la plantilla cuando inició el gobierno de Alberto Fernández y cuál era cuando terminó.

Este es un cambio que podemos decir que es positivo, porque Brasil tiene algo parecido y funciona muy bien. Creo que el sector se verá beneficiado con todas las medidas de diversificación que se están dando.

Pero la hidrovía es una preocupación, porque se ha producido una licitación demasiado apresurada. El éxito de una licitación, que muestre la seriedad de un país, pasa por hacerla en una época del año que sea interesante para los oferentes.

Otra locura es haber hecho una licitación a 30 años. Nosotros no sabemos si en 10 años los buques van a llegar sin necesidad de un nuevo dragado. Lo cierto es que estamos hablando de un contrato de licitación cuyos números están cerca de los US$20.000 millones, lo que la convierte en la obra de infraestructura más grande de la Argentina. Yo hablé con varios administradores portuarios y me dijeron: “Si a mí me llega una licitación con estas características a mi escritorio, no la firmo”.

¿Cómo siguió tu participación en los medios, después de su comienzo con el suplemento de El Cronista y Trading News?

En un momento El Cronista se hizo muy fuerte. Nos costó mucho sacarlo adelante, pero después llegó un momento donde era muy complicado tener dos medios. ¿Dónde pongo la noticia, la primicia? Quizás consideraba “publicó la primicia en El Cronista y la nota de análisis, en Trading News”, pero después había hasta temas de anunciantes. Entonces, se tomó la decisión de dejar Trading News y de concentrar todo en El Cronista como socio estratégico. En julio de este año cumplimos 27 años.

A partir de ahí, se abrieron muchísimas otras posibilidades: se organizaron eventos, jornadas y seminarios; hubo una participación en la revista de la Comisión Interamericana de Puertos de la OEA. Año después se abrió un sitio web que se llama Profundidad, que tiene también un canal de YouTube, en donde publicamos algunas notas un poco más picantes y con algún otro tipo de información.

Desde en el año 2014, tomamos la decisión con mi familia de trasladarnos a los Estados Unidos. Yo resido en Miami y viajo cinco o hasta seis veces al año a Buenos Aires. Acá tuve acceso a una cantidad de información y una cantidad de contactos que enriquecieron al medio.

Vea la entrevista completa en video a Agustín Barletti en este enlace.